«Se me antoja» (y basta)

Transcribiendo estas últimas vacaciones de navidad algunos documentos obtenidos en la magnífica página web de Archivos españoles, PARES, que queríamos incluir en el corpus CODEA, abrí, arrellanada en el sofá con un atlas en el regazo, y sobre este el ordenador (una de las muchas utilidades de la geografía), este documento:

AHN, Patronato Real, Legajo 92, documento 57
Carta de Doña Guiomar a Ruy Gómez de Silva, Conde de Mélito y Príncipe de Éboli

La letra da un poco de susto

guiomardevilhenade mi señora | estaua ya

(esto es aún muy fácil; puede leerse el documento buscando al tiempo «Guiomar» y «Ruy Gómez de Silva» en el propio portal PARES), pero pensaba que tendría su interés, porque todo (la letra, principalmente) parecía indicar que se trataba de una carta escrita por una mujer, no simplemente dictada por ella y luego quizá firmada. En el siglo XVI pocas mujeres sabían escribir; la mayoría de las que podían eran de la nobleza.

Recordemos que Ruy Gómez de Silva es el marido de la famosa princesa de Éboli, de quien tanto se ha escrito y se sigue escribiendo (hay blogs dedicados a su figura, como este, e innumerables entradas en los blogs más variados, amén de libros, series, películas…). Yo personalmente, y habiendo transcrito varios documentos de la mano de la condesa de Mélito, que así firmaba, creo que una de las cosas más impresionantes de Ana de Mendoza era su letra.

ana-de-mendozaberdadero lo que se dice del | quesdaralegriaquiennola

Y no estoy sola en esta creencia: mis compañeras y compañero autores de este blog están de acuerdo conmigo, y tenemos un cocreyente tan ilustre como Felipe II. Fijémonos en el trabajo de Trevor J. Dadson publicado en el interesantísimo libro Women’s literacy in early modern Spain and the New World, editado por Anne J. Cruz y Rosilie Hernandez. Aquí, Dadson comenta: «Pretty obviously, Ana de Mendoza had received a basic education, probably more, since she could read and write with style and fluency. One might wish that whoever had taught her to write had insisted on a clear, legible hand, since her handwriting, an absolute nightmare to transcribe, is as difficult for a modern reader to understand as it was for her contemporaries […]. Even Philip II, not himself the possessor of the most legible hand in Spain, complained of the difficulty of deciphering her letters and had to have them transcribed for him first». Obsérvese: «absolute nightmare» (¡sí!), «as difficult for a modern reader… as it was for her contemporaries» (me entró un calorcito por dentro al leer esto), Felipe II tenía que leerlas transcritas (no me extraña lo más mínimo).

Pero todo esto no me iba a pasar con este documento de doña Guiomar al marido de la condesa, en que ella le pide «meaga merced de acordarse del negoseo del lisiado almasan». Un caso frecuente: una persona, en este caso una mujer, solicita un favor a otra persona más poderosa. La letra no es  en exceso difícil y fui transcribiéndola. Sin embargo, al cabo de 13 líneas, y cortando el fluir del texto, la letra cambiaba por completo.

Esta nueva letra era la letra de la propia condesa. Nos podemos imaginar la escena: doña Guiomar, una portuguesa, está pidiendo un favor al conde de Mélito (portugués también, por cierto), con las fórmulas habituales: «suplico», «merced», «pois es tanta razon aeste onbre sele aga merced». De repente, la condesa, que está en esa misma habitación o llega en ese momento, coge la pluma y el tono cambia: «yodigo que sibasta para questenegocio seaga antojar se me A mi que se meantoja y pues la señora doña yomarlo quiere y estanta Raçon no seria mucho quese Mecunplieseeldeseo». Deja luego la pluma la condesa y la devuelve a doña Guiomar de Vilhena.

No dice más. No saluda, no se despide, no dice quién es. ¿Cómo la iba a confundir su marido con otra persona? ¿Qué otra persona podría escribirle así (¡y con esa letra!)? Esas líneas me parece que dicen bastante de Ana de Mendoza, condesa de Mélito y princesa de Éboli.

Belén Almeida

 

Para saber más:

Trevor J. Dadson (2011), «The Education, Books and Reading Habits of Ana de Mendoza y de la Cerda, Princess of Éboli (1540-1592)», Anne J. Cruz y Rosilie Hernandez (eds.), Women’s literacy in early modern Spain and the New World, Ashgate, 79-102.

 

 

 

 

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