Curso de comentario filológico 2021

Es ya la quinta ocasión en que el Grupo de Investigación Textos para la Historia del Español (GITHE), responsable de este blog, organiza un Curso de comentario filológico. Como otros años, tendrá 20 horas, pero esta vez divididas en diez sesiones de dos horas en lugar de siete de tres horas, y con dos clases semanales (lunes y miércoles) en lugar de las tres de otros años. Nos gustaría así hacer más fácil la asistencia a personas que trabajan por la mañana y dejar más tiempo para el trabajo personal.

Es un curso de extensión universitaria en el que, mientras siga habiendo plazas, las personas interesadas se pueden matricular a través de estos enlaces:

Cursos de extensión y de verano, listado general:

http://www3.uah.es/cultura/index.php/actividades-culturales/cursos-de-verano/details/928

Curso de comentario filológico (datos e instrucciones de matriculación):

https://drive.google.com/file/d/1jhkFc7akJfB3vmEWvqsgr8FDkGU3oU6h/view

Aquí va el detalle de la organización y contenidos del curso. Para cualquier consulta se puede escribir a belen.almeida@uah.es

Un texto raro para comentar filológicamente: oposiciones Madrid 2018

En las últimas oposiciones a profesorado de secundaria, especialidad de lengua Castellana y literatura, en la Comunidad de Madrid «cayó» un texto extraño en el comentario filológico. Este es el examen (solo seleccionamos, de los tres que había que comentar, el texto que nos interesa):

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El documento es del siglo XVII. Concretamente, parece tratarse del siguiente documento, al que hace referencia Manuel Márquez de la Plata en un artículo que se puede consultar en línea[1]:

Fernando Bouza en su precioso libro El libro y el cetro. La biblioteca de Felipe IV en la Torre Alta del Alcázar de Madrid publica un importante decreto de Felipe IV de 24 de abril de 1661, en el que encarga a Ramos del Manzano que escriba la historia de su reinado. La razón principal que le mueve es evitar que historiadores de otros reinos den una visión equivocada de los sucesos de su reinado.

El texto que publico, sobre cuya autenticidad no me caben dudas, es la respuesta que da el mismo Ramos de Manzano a este decreto.

El códice se compone de un cuadernillo de 21 cm. de largo por 15,50 de ancho, formado por seis folios en papel, muy bien conservados y sin encuadernar. El tipo de escritura es una humanística redonda, con pocas abreviaturas y pocos nexos. Podría fecharse a comienzos del S. XVIII. En el margen superior izquierdo encontramos la palabra “registro” abreviada. Se trata por tanto de un fragmento de un Libro Registro, libro en el que se asientan, de forma íntegra o parcial, los documentos expedidos o recibidos con la finalidad de salvaguardar la veracidad de su contenido. En este caso se copia la consulta elevada al Consejo de su Majestad y a continuación la respuesta del rey.

Transcribo el códice sin cambios de ningún tipo a no ser que la división de las palabras la realizo con criterios actuales y deshago las abreviaturas.

Y reproduce el texto, que comienza:

Copia de la consulta, que hizo á su Magestad el / señor Don Francisco Ramos Del Manzano, dando quen-/-ta de lo que se le ofrece en el Empleo de la / historia de que está encargado; assí en quan-/-to a entrega de papeles, como en quanto / ordenarsele en que lengua la ha de escrivir. / Señor // Con Decreto de 24 de Abril, me ordenó Vuestra Magestad tomase á mi quenta, escrivir / la historia de su Reynado, y con la oca-/-sion de la historia, los justos derechos con / que á Vuestra Magestad pertenecen los Reynos, / y Estados de que su Monarchia se con-/-pone […]

Como puede comprobarse, para el examen de oposición se tomó exactamente este texto. La diferencia principal es que se han hecho desaparecer los elementos (barras) que marcan el límite de línea, así como los guiones que quien escribió puso en las palabras interrumpidas a fin de línea. Se han mantenido las mayúsculas («Con Decreto de 24 de Abril»), la puntuación («Reynos, y Estados»), la tildación («tomase á mi quenta») y todas las grafías (Monarchia, Reynos, conpone, quenta, escrivir).

Como elemento positivo, pues, el texto reproduce de manera exacta la forma de un texto antiguo; como elemento negativo, no se toma un documento original, sino una copia, una copia que según el editor parece pertenecer al siglo XVIII (a pesar de que el original sea de la segunda mitad del siglo XVII, puede haber habido cambios gráficos cuyo alcance no podemos conocer).

La selección del texto fue discutida por la dificultad que los opositores pudieron encontrar en datar un texto no literario, ya que la prueba de comentario filológico suele presentar siempre textos literarios.

¿Cómo analizar este texto? Como cualquier otro del que se realice un comentario filológico, atendiendo, como pide el enunciado de la prueba, a los diferentes niveles:ctxvii_2

Sin embargo, como cada texto es diferente, presentamos a continuación algunas cuestiones que nos parecen claves en el análisis de este texto concreto. En la imagen dejamos un ejemplo de marcado previo al comentario en el que se han destacado con diferentes colores distintos tipos de rasgos, y unido entre sí (algo que me parece muy útil) los rasgos que debemos comentar juntos (como rreputazion, aceptazion o atencion, tomase y ordenase, abiendose y aya, o sirve y serbido):

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A nivel gráfico-fonético, como en cualquier texto de oposición, hay que plantearse cuál es el origen de elementos como la puntuación, la acentuación gráfica (tildación), el uso de mayúsculas y la unión y separación de palabras. Es frecuente, pero no general, que estos aspectos se presenten modernizados o regularizados. Si no lo están, se pueden comentar como un elemento más que tener en cuenta en el análisis.

Y justamente en este aspecto vamos a tener una ayuda en este texto. Siempre se puede decir: si un texto propuesto para un análisis filológico tiene una tildación, puntuación o uso de mayúsculas igual al uso actual, entonces debemos partir de que ese elemento está regularizado. Ni las mayúsculas ni la puntuación, e incluso menos la tildación, del siglo XVI, XVII, XVIII o XIX son las actuales. De modo que esas características peculiares de estos elementos en el texto nos muestran (a) que no es un texto regularizado o modernizado en estos aspectos, que son los más frecuentemente regularizados, y (b) que no se trata de un texto renacentista. Si nos acostumbramos a leer textos del siglo XVI en su forma original, sabremos que la tildación era muy poco usada, y también la puntuación se hizo más frecuente en los siglos XVII y XVIII, especialmente en contextos que hoy parecen “extraños” como antes de y o antes de que completivo (usos que también se dieron en esos siglos en otros países, como Inglaterra). En este texto, encontramos tildación en la preposición á, en la conjunción ó: son usos posteriores al siglo XVI. El uso de mayúscula, evidentemente no actual y que debemos por tanto suponer original del documento, debe ser también comentado.

También deberían comentarse en el nivel gráfico-fonético elementos como

-el uso de h- (habiendose, aya, ha y ay muestran la variación en la escritura de HABERE; historia corresponde también a H- latina; en hallarme se encuentra una h- procedente de una F- latina),

-el uso de b/v (hay variación gráfica, pues por ejemplo vemos serbido y sirve; en escrivir o devia se ve una grafía tradicional de la -B- intervocálica latina, mientras que habiendose o savio tienen una escritura inhabitual aún en el siglo XVIII [puede verse abajo un mapa de los casos de haber con b y con v en los siglos XVI y XVII en el corpus CODEA]),

-el uso de las antiguas sibilantes (c+ei,ç/z; s-, -ss-/-s-; x/j,g+ei): Magestad es el uso tradicional y sería ya una fricativa velar sorda (/x/). Obviamente, no persiste tampoco la diferenciación entre sorda y sonora en las alveolares; la grafía tradicional medieval del subjuntivo exigía -ss-, pero ya en el siglo XVI fue más frecuente escribirlo con -s- simple (en CODEA, 44 ejemplos de mandase en XVI-XVII frente a solo 5 de mandasse), por lo que es lógico que no lo encontremos aquí, aunque sí se encuentra -ss- en expressa. La confusión gráfica entre las antiguas dentales (z/ç,c+ei), muestra de la confusión fonológica ya cumplida desde hacía muchas décadas, se muestra en dos palabras con -TIONE latina: aceptazion frente a atencion. Como la -z- de aceptazion, también la de parezer es innovadora, impropia de la grafía tradicional.

-elementos como el uso de grafías cultas como monarchia o chronica son puramente gráficos.

En el nivel morfosintáctico, podemos señalar para proponer una fecha tardía la falta de asimilación en los contextos de infinitivo más pronombre (tenella y no tenerla) o la preferencia por el orden de palabras pronombre más verbo (se ofrece, me ordenó, en lugar de “ofrécese”, “ordenóme”).

Otras características sintácticas, como la focalización del complemento circunstancial («Con Decreto de 24 de Abril, me ordenó…»), o de otros elementos, de manera parentética, antes del verbo («Vuestra Magestad con orden á Don Luis de Haro […] tuvo por bien […]») la anteposición del CI («á Vuestra Magestad pertenecen los Reynos»), la presencia de fórmulas («orden expressa»), el uso de gerundio («habiendose por mi en Consulta de el mismo dia, rrepresentado») muestran bien a las claras que este texto está fuertemente influido por la lengua administrativa.

Belén Almeida, Pedro Sánchez-Prieto y Delfina Vázquez

Cómo citar esta entrada:

Almeida, Belén, Pedro Sánchez-Prieto Borja y Delfina Vázquez Balonga (2020): “Un texto raro para comentar filológicamente: oposiciones Madrid 2018”, TextoR. Blog del Grupo de Investigación Textos para la Historia del Español (GITHE). Recuperado de: https://textorblog.wordpress.com/2020/05/05/un-texto-raro-para-comentar-filologicamente-oposiciones-madrid-2018/.

v y b en HABERE, siglos XVI-XVII, corpus CODEA:

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[1] Márquez de la Plata, Manuel (2009), “La “respuesta” de Ramos de Manzano al decreto de Felipe IV encargándole la redacción de la historia de su reinado”, Dicenda. Estudios de lengua y literatura españolas, 27, 179-184.

Más entradas sobre comentario filológico en otras entradas con este tag.

Comentario morfosintáctico de un texto medieval

Volvemos a ofrecer un comentario filológico de un texto pensado (por ejemplo) para todos aquellos que estén preparando las oposiciones de Secundaria. En este caso nos centraremos en el comentario del nivel morfosintáctico. El texto propuesto es literario. ¿Te animas a datarlo?

Dezirte he la fazaña de los dos perezosos
que querian casamiento e andavan acuziossos:
amos por una dueña estavan codiçiossos,
eran muy bien apuestos e verás quán fermosos:
el uno era tuerto del su ojo derecho,
ronco era el otro, de la pierna contrecho;
el uno del otro avia muy grand despecho,
coidando que tenían su cassamiento fecho.
Respondiolos la dueña que ella queria casar
con el más perezosso e aquel queria tomar
(esto dizié la dueña queriéndolos abeitar).
Fabló luego el coxo, coidó se adelantar,
dixo: “Señora, oíd primero la mi razón:
yo só más perezosso que este mi compañón,
por pereza de tender el pie fasta el escalón,
caí del escalera, finqué con esta ligión.
Desque calló el coxo, dixo el tuerto: “Señora,
chica es la pereza que este dixo agora;
dezirvos he la mía, non vistes tal ningund ora,
nin veer tal la puede omne que en Dios adora.
Yo era enamorado de una dueña en abril;
estando delante ella, sossegado e omil,
vínome descendimiento a las narizes muy vil:
por pereza de alimpiarme perdí la dueña gentil.”
“Buscad con quien casedes, ca dueña non se paga
de perezoso torpe nin que vileza faga.”
Por ende, mi amigo, en tu coraçón non yaga
nin tacha nin vileza, de que dueña se despaga.

Comenzaremos analizando aquellos fenómenos que afectan a la morfología nominal. Encontramos ejemplos esperables de actualización del sustantivo mediante el artículo (la fazaña, el pie, una dueña) y artículo más posesivo en el interior de un sintagma preposicional (del su ojo derecho –verso 5-) o formando un sintagma nominal (la mi razón –verso 13-). En este caso el posesivo es átono, de ahí el apócope de la –a final: mía > mia > mi.

Igualmente hay ejemplos de no actualización del sustantivo: omne que en Dios adora (verso 20). La ausencia de un artículo que determine al sustantivo omne provee a este último de un valor genérico por el que tendría el significado de ‘ser humano’.

Del género y del número del sustantivo son representativos los dos siguientes ejemplos: ningund ora (verso 19) y a las narices (verso 23). En el primero de ellos, ningund ora, el sustantivo femenino ora concuerda con el adjetivo ningund, que en principio se identifica como masculino. En realidad ningund funcionaba tanto para sustantivos masculinos como femeninos. Este caso es semejante a la concordancia que tenían los sustantivos y adjetivos acabados en –or (amador, bramador), cuya forma era invariable para género masculino y femenino (princesa amador, príncipe amador).

En cuanto al ejemplo a las narices, se trata de un caso de número arbitrario, ya que el uso del plural narices no hace referencia a una realidad extralingüística en la que se hable de más de una nariz. Además, el uso del plural en lugar del singular nariz no supone un cambio de significado.

La escasa frecuencia de aparición de los demostrativos este (verso 11) y aquel (verso 10) nos impide afirmar que exista fluctuación entre los tres grados deícticos. Esto es, no podemos asegurar que el demostrativo este represente en el discurso la esfera del hablante (primer grado de cercanía) o la esfera del oyente (segundo grado de cercanía).

Aunque nos ocupemos de ello en último lugar, no por ello es menos importante el análisis de los pronombres clíticos y personales.

En cuanto a los pronombres clíticos (o átonos), hemos de señalar que el sistema utilizado no es el etimológico, sino el referencial. Veámoslo en el siguiente ejemplo. En el verso 9 identificamos un pronombre átono enclítico en respondiolos. En el caso de que el sistema de clíticos fuera el etimológico, es decir, el heredado directamente del latín, habría sido esperable la forma respondioles, ya que el pronombre desempeña la función de objeto indirecto. Sin embargo, la forma loísta respondiolos nos conduce a pensar que el clítico no ha sido elegido por la función que desempeña, sino por el género y el tipo de sustantivo o pronombre tónico al que sustituye (ellos).

En lo que respecta a los pronombres personales átonos, estos aparecen en posición enclítica (vínome) o en posición anficlítica (dezirte he, dezirvos he). Estos últimos aparecen pospuestos al infinitivo de la perífrasis verbal de la forma analítica del futuro de indicativo. La alternancia entre te y vos refiriéndose a la segunda persona de singular nos proporciona información acerca del sistema de tratamiento.

El uso de o te para referirse al interlocutor suponía un uso de cercanía o descortesía, mientras que vos era un tratamiento deferente. El hecho de que en el texto te y vos se utilicen para apelar al mismo interlocutor nos indica que ya se había iniciado el cambio por el que vos pasó a considerarse otra forma de tratamiento cercano o descortés al ser sustituido en el sistema deferencial por vuestra(s) merced(es).

En cuanto a la morfología verbal, en el texto se documentan dos formas analíticas del futuro de indicativo (dezirte he –verso 1-, dezirvos he –verso 19-) frente a una forma sintética (verás –verso 4-). Nos encontramos, por tanto, en un período de variación iniciado a partir del siglo XIII en el que aún no se ha culminado el cambio lingüístico por el que la perífrasis latina CANTARE HABEO sufrió un proceso de transformación sintético hasta convertirse en la forma lexicalizada cantaré. De este modo, el texto da cuenta de la convivencia entre formas analíticas y sintéticas, que se extendió hasta el siglo XV. En relación con las formas analíticas hemos de señalar que al ser formas abiertas permiten la inclusión de un pronombre átono entre el infinitivo y la forma conjugada del verbo haber dando lugar a construcciones del tipo fazer lo ha. Estas fueron más comunes en textos literarios que en textos notariales entre los siglos XIII y XV por factores rítmicos (Rossi 1975).

Encontramos en el verso 14 la forma de la primera persona de singular del presente de indicativo del verbo ser. En el texto aún no se refleja el cambio > soy, que se inició en el siglo XIII. Aunque su explicación no es definitiva, se ha identificado la –y final con el adverbio y, procedente del latino IBI tal y como sucede en el caso de hay.

Respecto a los tiempos de pasado, resultan interesantes los morfos del imperfecto avía (verso 7) y dizié (verso 11). Ambas formas reflejan que en español medieval las terminaciones en –ía como en avía competían con las terminaciones en – como en dizié. Según Malkiel (1959) las formas en – procederían del paradigma medieval de perfecto (vendiemos). Aunque estas formas fueron las dominantes durante los siglos XII y XIII, a partir del siglo XIV comienzan a ser más frecuentes las formas en /a/ (avía) probablemente por la presión analógica ejercida por los morfos de primera persona de singular y por los verbos de la primera conjugación, cuyo imperfecto siempre incluía un marcador /a/.

La forma avía de la que acabamos de hablar merece un comentario en cuanto a su significado. El verbo haber en romance mantuvo su significado latino original ‘tener’. A medida que el verbo haber comenzó a utilizarse como verbo auxiliar en la formación de los tiempos compuestos, los contextos en los que solía aparecer como verbo pleno fueron ocupados por el verbo tener, cuyo significado originario era ‘poseer’. En el texto que nos ocupa avía aún conserva el significado léxico de tener: el uno del otro avía muy grand despecho.

Requieren un comentario las formas de la segunda persona de plural vistes (verso 19) y casedes (verso 25). Tanto un verbo como otro son formas paroxítonas cuya terminación procede del morfema latino –TIS.

En el paradigma de presente de subjuntivo del español medieval la forma vos se acentuaba en la penúltima sílaba como en el caso de casedes. Como consecuencia de la posición intervocálica de la –T- del morfema latino –TIS, esta se sonorizó en /d/ en español medieval. El morfema resultante –edes perdería la /d/ a partir del siglo XIV dando lugar más adelante a la forma hiática caséis. Sin embargo, en el texto aún se conserva la –d– intervocálica.

En el caso de vistes, hemos de tener en cuenta que esta forma es del pretérito perfecto, único tiempo en el que la –T- del morfema latino –TIS se conservó en español. Por el contexto en el que aparece se puede deducir que vistes es la forma de la segunda persona de singular. Este morfo pertenece al estado anterior del proceso por el que se dipotongó la terminación (vistes > visteis) resolviendo así la homonimia entre tú vistes y vos/vosotros vistes.

En cuanto a las formas no personales del verbo, destaca el infinitivo veer (verso 20). Nuestro actual verbo ver pertenece a un grupo de verbos que en español medieval presentaban el hiato /e-é/ en el límite entre el radical y la desinencia (veer, creer, leer,…). Algunos verbos presentaban siempre este hiato como creer, mientras que otros como ver presentaban vacilación entre su conservación (veer) y su reducción (ver). A pesar de que la forma ver que se convirtió en la norma, en el momento de la escritura del texto aún se conserva la e del radical.

Cabe señalar el régimen del verbo adorar en el verso 20: omne que en Dios adora. A diferencia de adorar a, que expresa reverenciar o rendir culto, adorar en significa poner la estima en algo o alguien.

Por último, pero no por ello menos importante hemos de prestar atención a las partículas, las cuales ayudan a estructurar y organizar el contenido del texto. La primera que comentamos es ca (verso 25). Procedente de la conjunción latina QUIA, presenta un valor causal equivalente al de la conjunción porque.

La seguna es la locución adverbial por ende (verso 27). Resultado del latín pro y del latín inde, su significado es ‘por tanto’.

La tercera partícula que comentaremos también está formada por dos elementos como la anterior aunque con un mayor grado de cohesión: desque (verso 17). Esta conjunción con valor temporal (‘desde que’) está constituida por la preposición des, procedente de la combinación de las preposiciones latinas DE y EX, y del pronombre latino QUAM.

Visto lo anterior, ¿sabes ya a qué siglo pertenece el texto? En efecto, se trata de un texto literario del siglo XIV, más en concreto, de un fragmento del Libro de Buen Amor.

Marina Serrano Marín

Imagen: Marina Serrano Marín

 

Cómo citar esta entrada:

Serrano Marín, Marina (2020): “Comentario morfosintáctico de un texto medieval”, TextoR. Blog del Grupo de Investigación Textos para la Historia del Español (GITHE). Recuperado de: https://textorblog.wordpress.com/2020/03/27/comentario-morfosintactico-de-un-texto-medieval/.

 

Para saber más:

COMPANY COMPANY, C. (2006): Sintaxis histórica de la lengua española. Primera parte: la frase verbal. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.

MALKIEL, Y. (1959): “Toward a Reconsideration of the Old Spanish Imperfect in –ía ̴”. Hispanic Review 27: 435-481.

ROSSI, T. M. (1975): «Formas de futuro en un romanceamiento bíblico del siglo XIII». Zeitschrift für Romanische Philologie (91): 386-402.  <https://doi.org/10.1515/zrph.1975.91.3-4.386&gt;

IV Curso de comentario filológico de textos

Si tienes interés en realizar un curso sobre comentario filológico de textos en la Universidad de Alcalá, escríbenos a belen.almeida@uah.es

El IV Curso se celebró en 2020. Para el V Curso de Comentario Filológico de Textos, ir a este post.

Más información en la página del grupo GITHE.

Caballeros y pastores

En una pieza musical de Juan del Encina conservada en el Cancionero (musical) de Palacio y en el Cancionero de Elvas y titulada “Quién te traxo, cavallero”, encontramos un caballero hablando con un pastor sobre sus amores.

El encuentro entre un pastor o pastora y un caballero o una dama es un motivo literario muy frecuente que encontramos, por ejemplo, en el Libro de buen amor, en el marqués de Santillana o en el «Romance de la gentil dama y el rústico pastor». En estos textos, se enfrentan la corte y el campo, la ciudad y el medio rural, el refinamiento y lo rústico.

Así sucede también en la canción de Juan del Encina, cuyo texto podemos leer y luego comentar:

— ¿Quién te traxo, cavallero,
por esta montaña escura?

— Ay, pastor, que mi ventura.

— Para el cuerpo de San Polo,
que estoy asmado de ti.
¿Quién te arribó por aquí,
tan lagrimoso y tan solo?
Yo cuidé que eras Bartolo,
un pastor de Estremadura
que aprisca en aquella altura.

— Pluguiera a Dios que yo fuera
esse rústico pastor,
porqu’el falso de amor
sujeto no me tuviera.
Ando muerto sin que muera
cual te muestra mi figura,
que bivir ya no procura.

— ¿Y cuidas tú, palaciego,
que a nosotros los pastores
no nos acossan amores
ni nos percunde su fuego?
Miefé, yo dellos reniego,
que aun aquí en esta espessura
no perdonan criatura.

— Pues dizes que sois heridos
y en amores padecéis,
dime qu’es lo que hazéis
para ser de amor queridos.
Que no pueden mis sentidos
ni discreción ni cordura
hazer mi vida segura.

— Dígote que una zagala
me ha traído amodorrido,
mas hétela perseguido
hasta deslindar su gala.
Y otra que dizen Pascuala,
de muy huerte gestadura,
trayo agora en aventura.

— Triste de mí, desdichado,
sin ventura soy perdido,
que me tiene despedido
quien me tiene cativado.
Quiero ya tener cuidado
de buscar la sepultura,
pues mi mal es sin mesura.

— Dime, dime quién tú sos,
y endílgame quién es ella.
No quellotres tu querella
aunque pese a non de Dios.
Vámonos ambos a dos
y mostrarte he una verdura
donde tomes gran holgura.

— Desque ya perdí la gloria
de quien me negó por suyo,
ni yo sé quién soy ni cúyo
ni de mí tengo memoria.
Ha ganado tal vitoria
en amar mi desventura
qu’el plazer es mi tristura.

— Descordoja ya tu saña,
desensaña tus cordojos.
Dexa ya holgar tus ojos
siquiera en esta montaña.
Vámonos a mi cabaña,
que allí tengo albergadura,
y gran abondo y hartura.

— Consolando, más me hieres.
Vete ya, que se va el día.
Dios te dé tanta alegría
cuanta tú para mí quieres.
Yo no sé, pastor, quién eres
que te duele mi amargura,
la cual ya no sufre cura.

— Yo soy Domingo Pascual,
carillo de la vezina,
y es mi choca so un enzina,
la mayor deste enzinal.
Duéleme tanto tu mal
en ver tu pena tan dura
que estoy sin semejadura.

Fin.

— Por tu ser, a mí me plaze
desta noche estar contigo,
aunque de cierto te digo
que muy duro se me haze.
Pues el plazer me desplaze
y mi muerte se apressura,
ya mi vida no es de tura.

[Si quieres hacer un comentario de texto, es el momento de volver a leer el texto aplicando lo que hemos dicho en las distintas entradas sobre comentario de texto, especialmente esta]

Al leer, se puede notar bien, yo creo, la diferencia entre la manera de hablar del caballero y la del pastor. El caballero utiliza términos propios de la poesía amorosa de cancionero (gloria, ventura), muchas oposiciones (muerte/vida, despedido/cautivado, plazer/tristura) y paradojas (ando muerto sin que muera, el plazer me desplaze), pero es el pastor quien habla de modo más característico. Juan del Encina hace hablar a su pastor en sayagués, “una modalidad de lenguaje especial puesta en boca de pastores” (Salvador Plans, 2004, p. 782) que recoge elementos del leonés y diferentes arcaísmos y vulgarismos castellanos y de otros orígenes. El sayagués fue ampliamente usado por dramaturgos, poetas y autores de canciones en los siglos XVI y XVII como recurso cómico para marcar el habla de los pastores y pueblerinos.

Salvador Plans indica que, como lo usa Encina, cultivador temprano del sayagués con una vinculación personal con Salamanca, el sayagués es muy diferente, y probablemente más realista y cercano quizá a un verdadero germen dialectal, al que usaron Lope o Tirso, por ejemplo, en su obra. También recoge Salvador Plans, sin embargo, que Encina reconoce que llega a inventar términos al hacer a sus personajes hablar en sayagués.

Pero, dentro de lo que dice este pastor ¿qué se puede considerar “marcado”, ajeno a la manera de hablar de la mayoría de los destinatarios, oyentes o intérpretes, de esta música? Probablemente buena parte de sus intervenciones. Para identificar todos los rasgos, deberíamos ir palabra por palabra, construcción por construcción e incluso morfema por morfema para comprobar qué tipo de textos (si hay alguno) los contienen en el momento en que Juan del Encina compuso su texto. ¿Era cuidar con el significado de ‘creer’ ya anticuado (“yo cuidé qu’eras Bartolo”)? En efecto, parece que se encuentra, a finales del XV y principios del XVI, sobre todo en textos con un toque arcaizante, como novelas de caballerías. ¿Era escura, frente a oscura u obscura, de alguna manera característico? Habría que realizar búsquedas en corpus para comprobarlo, como pasa con cualquier otro rasgo.

Sin embargo,  vamos a centrarnos en algunos elementos más fácilmente identificables:

“Para el cuerpo de San Polo, / que estoy asmado de ti” >>> diferentes juramentos e interjecciones son características del sayagués, como este “para el cuerpo de san Polo” o más abajo “miefé” (mía + fe) o “non de Dios” (nombre de Dios). “Asmado” con el significado de ‘sorprendido’, ‘atontado’ es puesto en varias ocasiones por Encina en boca de pastores, incluida su traducción de las Bucólicas de Virgilio (donde los personajes son también pastores y donde, con mucha propiedad, Encina también versifica “en estilo pastoril” o “estilo rústico”). No hay más uso de “asmado” con este sentido que el de Encina (en cambio asmar ‘pensar, considerar, tener en cuenta’ es un verbo frecuentísimo en la Edad Media, como explicamos aquí).

“¿Y cuidas tú, palaciego, / que a nosotros los pastores / no nos acossan amores / ni nos percunde su fuego? / Miefé, yo dellos reniego” >>> El pastor utiliza el verbo “percundir”, utilizado en el corpus CORDE solo en boca de pastores por Juan del Encina, Bartolomé de Torres Naharro y Lucas Fernández. Tanto Encina como Torres Naharro utilizan también el derivado percundencia. No hay otros ejemplos que los de estos autores. ¿Existía realmente el verbo percundir? Al menos, no aparece en los diccionarios ni en otros corpus. Puede que haya sido realmente propio de la lengua popular y por tanto no haya encontrado lugar en textos escritos y en obras lexicográficas.

“Dígote que una zagala / me ha traído amodorrido, / mas hétela perseguido / hasta deslindar su gala. / Y otra que dizen Pascuala, / de muy huerte gestadura, / trayo agora en aventura” >>> Hay aquí varias palabras y formas de palabras poco características del español culto de este momento que, por tanto, parece que podrían ser lo que Encina utiliza para marcar el habla “rústica” del pastor. Amodorrido ‘aletargado, atontado, adormilado’ está relacionado con modorra (letargo, atontamiento). Está en Berceo (“perdí toda la sangre / yogui amodorrida”) y en el Libro de buen amor (“todos amodorridos fueron a la pelea” [se refiere a las huestes de don Carnal, amodorridos por el “mucho vino bevido”]). Lo usa Juan del Encina en varias ocasiones, siempre en relación con pastores, y Lucas Fernández, pero también Juan Boscán y Santa Teresa, entre otros. Parece una voz familiar, pero no únicamente reservada al sayagués. Sin embargo, Lucas Fernández (“¡Miafé! Estava amodorrido”) y Encina la reconocen en varias ocasiones como adecuada para poner en boca de pastores.

Lo mismo podría decirse de palabras como acossar, deslindar (es puesto varias veces por Encina en boca de pastores, con un significado diferente del de ‘marcar las lindes’), huerte (la aspiración de la F- inicial latina de fuerte se debía de considerar rústica), gestadura, endilgar, quellotrar, descordojar, carillo o semejadura.

Algunas de estas palabras sí son recogidas en repertorios lexicográficos (diccionarios, vamos), pero con el comentario o marca de que se trata de voces poco cultas. Por ejemplo, podemos ver carillo y aburrir en el Tesoro de Covarrubias.

carillo covarrubias

aburrir covarrubias

También en el Diccionario conocido como de Autoridades (1726-39) se recogen términos característicos del sayagués, tomados por los académicos sobre todo de obras tardías, como Las Batuecas, de Lope de Vega (que puede leerse aquí). Van marcados con comentarios como “voz baxa”, “voz rústica”, “usado de los aldeanos y gente rústica” o incluso, en enquillotrarse, Autoridades dice que “es término bárbaro y rústico, de que usan los Labradóres de Sayago y otras partes”.

Podemos ver aquí imágenes de quillotro, brando y brandura, a la fé y enquillotrarse en Autoridades.

quillotro autoridadesbrando brandura autoridadesa la fe autoridadesenquillotrarse autoridades

A pesar del propósito humorístico que parece tener, en general, el uso del sayagués, la belleza de la música de la canción que nos ocupa es igual en los segmentos atribuidos al pastor y al caballero. En una versión que acorta bastante la letra (una pena), puede oírse la canción aquí.

Belén Almeida

Fotografía: seda y lana (Belén Almeida)

Cómo citar esta entrada:

Almeida, Belén (2019): “Caballeros y pastores”, TextoR. Blog del Grupo de Investigación Textos para la Historia del Español (GITHE). Recuperado de: https://textorblog.wordpress.com/2019/11/16/caballeros-y-pastores/.

Para saber más:

Esta canción, con su texto, están copiadas en los manuscritos

El Diccionario de Autoridades y el Tesoro de Covarrubias se pueden consultar en línea en el Nuevo Tesoro Lexicográfico del Español, aquí.

Carlos Alvar (2000), «Las bucólicas traducidas por Juan del Encina», en Antonio Pioletti (ed.), Le letterature romanze del Medioevo ; Testi Storia intersezioni, 125-133.
Se puede consultar en
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
http://www.cervantesvirtual.com/obra/las-bucolicas-traducidas-por-juan-del-encina/

Antonio Salvador Plans (2004), «Los lenguajes especiales y de las minorías en el Siglo de Oro», en Rafael Cano Aguilar (coord.), Historia de la lengua española, 771-798.

Cristina Tabernero (2013), «Consideración lingüística y social de la injuria en el Tesoro de Covarrubias», Estudios filológicos, 52.
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/las-bucolicas-traducidas-por-juan-del-encina/html/f3b9096d-0526-4270-a8fd-b966d8f8ccc3_4.html

Otro comentario filológico de un texto medieval

Se presenta de nuevo un texto para comentario filológico. Este apareció en oposiciones a profesorado de Secundaria (especialidad de Lengua castellana y Literatura) en la Comunidad Valenciana. Como es habitual en las oposiciones y como ya explicamos aquí, está regularizado, es decir, no se trata de una edición paleográfica sino que está modernizado en aspectos como las mayúsculas, la resolución de abreviaturas, la tildación o la separación de palabras.

En primer lugar, propongo leer el texto despacio intentando comprender de qué trata, algo que nos ayudará muchísimo a la hora de comentarlo.

La inmensa turbaçión
deste reino castellano
faze pesada mi mano
y torpe mi discriçión:
que las horas y candelas
que se gastaban leyendo
agora gasto poniendo
rondas, escuchas y velas.
El tiempo bien despendido
en las liberales artes
en cavas y baluartes
es agora convertido:
Por tanto, si falleciere
la muy gentil elocuençia,
culparéis la diferençia
del tiempo que lo requiere.
Del cual un poco furtando,
aunque no sin grande afán,
a vos, señor de Almaçán,
pregunto, mal consonando:
¿cuál os es menos molesta,
vuestra secreta prisión
o la vulgar detençión
que vos es por el rey puesta?
Maguer son en calidad
algún tanto discordantes,
ambas a dos son privantes
de la franca libertad,
lo cual visto, cuidaría,
a mi paresçer grosero,
en el solo carcelero
consistir la mejoría.

FIN

Respondedme todavía,
generoso caballero,
que vos faga plazentero
la dárdana poliçía.

 

Ahora escribo lo que ha dado mi primera lectura del texto. Voy poniendo entre corchetes lo que creo que se debería entender sin problema desde un conocimiento medio de los textos y la literatura (y la historia):

 

La inmensa turbaçión
deste reino castellano
faze pesada mi mano
y torpe mi discriçión:
que las horas y candelas
que se gastaban leyendo
agora gasto poniendo
rondas, escuchas y velas.

[¿Qué sugiere esta estrofa? Parece que está oponiendo un tiempo pasado de paz en que el escritor empleaba su tiempo en leer y un tiempo presente de guerra. Las ocupaciones de la guerra (“rondas, escuchas y velas”) hacen “pesada” la mano y “torpe” la “discrición” ‘discreción’ de quien habla. Parece que se dibuja el tema de las armas y las letras]

El tiempo bien despendido
en las liberales artes
en cavas y baluartes
es agora convertido:
Por tanto, si falleciere
la muy gentil elocuençia,
culparéis la diferençia
del tiempo que lo requiere.

[Abunda en lo anterior, la contraposición entre la paz y sus quehaceres y la guerra y los suyos: antes gastaba (despendido, incluso con valoración: bien despendido) el tiempo “en las liberales artes”, y “agora” “en cavas y baluartes”, así que se disculpa “si falleciere / la muy gentil elocuencia”, y dice que el destinatario del poema achacará esta falta de elocuencia a “la diferencia del tiempo que lo requiere”, es decir, a que las circunstancias han cambiado y así lo requieren]

Del cual un poco furtando,
aunque no sin grande afán,
a vos, señor de Almaçán,
pregunto, mal consonando:

[Entra en el tema con una pregunta o cuestión, algo característico de algunas poesías de cancionero… Ya veremos. De momento, el poeta roba (furtando) un poco de tiempo (del cual, se refiere al verso anterior) con “grande afán” (agobios, prisas) para hacer una pregunta al destinatario, que es señor de Almaçán, y lo hace en verso (consonando), pero mal]

¿cuál os es menos molesta,
vuestra secreta prisión
o la vulgar detençión
que vos es por el rey puesta?

[aquí el poeta entra a comparar dos prisiones del destinatario, una prisión secreta y una prisión que llama “vulgar” impuesta por el rey. Dos cosas se nos pueden ocurrir: a) una prisión secreta se referirá probablemente a un asunto amoroso, pues el amor se entiende, mediante una metáfora muy frecuente, como prisión. b) para que el poeta se refiera tan abiertamente y con ese tono a una medida impuesta por el rey, debemos hallarnos en un escenario de contienda civil más o menos abierta > esto señala también hacia el siglo XV, como lo que se dijo antes de la poesía de cancionero]

Maguer son en calidad
algún tanto discordantes,
ambas a dos son privantes
de la franca libertad,
lo cual visto, cuidaría,
a mi paresçer grosero,
en el solo carcelero
consistir la mejoría.

[sigue comparando las dos “prisiones”, diferentes en sus características (en calidad / algún tanto discordantes) pero que privan “de la franca libertad”, por lo que el poeta juzga (cuidaría) que la diferencia (en este caso diferencia para mejor) solo está en quien es el carcelero: “en el solo carcelero / consistir la mejoría”. Esta construcción de infinitivo parece también una construcción culta, latinizante, propia de los textos del XV. De nuevo parece que el poeta se refiere de manera algo irrespetuosa al rey, peor que el otro carcelero (la mujer amada)]

FIN

Respondedme todavía,
generoso caballero,
que vos faga plazentero
la dárdana poliçía.

[El poeta pide respuesta (para un juego de preguntas y respuestas, tan habituales en la poesía de cancionero) y hace una referencia que, en este momento, no soy capaz de desentrañar]

 

Una vez leído y comprendido el texto, nos fijamos en elementos lingüísticos relevantes y los vamos señalando en el texto con marcadores o simplemente con lápiz/boli. Comento algunos pero sería posible hacerlo con más, por ejemplo bien < BENE (con apócope y diptongación de E breve tónica latina), castellano < CASTELLU/CASTELLA (con palatalización de L geminada), reino < REGNU, etc.

La inmensa turbaçión [-nm- es una grafía culta frente a imens-; sigue existiendo ç aunque + i su valor es igual que el de c]

deste reino castellano [unión gráfica de de + este, muy frecuente hasta los Siglos de Oro]

faze pesada mi mano [FACERE > fazer > hazer > hacer, con el resultado de F- latina todavía escrito como f- (> texto medieval sin duda) y la –C- latina entre vocales que ha dado –z- (sibilante / fricativa dental sonora)]

y torpe mi discriçión: [discriçión: pensando en qué puede significar esta palabra, parece que puede ser ‘discreción’, que sabemos que es inteligencia, sensatez, agudeza… (v. discreto/a en la literatura de los Siglos de Oro) > estamos ante una variación e/i en átonas (tan frecuente), que se puede comentar incluso sin conocer el étimo]

que las horas y candelas [horas < HORA, se escribe la h-. La h- < H- latina (¡no se pronunció nunca!) se empezó a escribir más en el siglo XIV y especialmente en el XV, antes se solía omitir.]

que se gastaban leyendo [esta –b- me parece sospechosa, pues en la EM lo usual era –v- < -B- intervocálica latina. Es cierto que cuando empezaron a confundirse en la pronunciación b y v (cada vez en más contextos) se empieza a encontrar esta grafía, pero a pesar de eso me extraña. Lo mismo digo de «caballero» (más abajo)]

agora gasto poniendo

rondas, escuchas y velas. [velas se refiere, como queda claro por el contexto, a vigilantes que velan, no a ‘velas’ (que será más bien las candelas de las que se hablaba antes). Un escucha era un centinela, podemos no saberlo pero de nuevo el contexto nos puede iluminar]

El tiempo bien despendido [despender es gastar, lo podemos comparar con expender, dispendio…]

en las liberales artes

en cavas y baluartes [de nuevo se oponen liberales artes / cavas y baluartes]

es agora convertido: [marco agora para comentar]

Por tanto, si falleciere [marco la forma de subjuntivo para comentar]

la muy gentil elocuençia, [gentil es un adjetivo frecuente en la poesía de cancionero, lo puedo comentar ]

culparéis la diferencia [forma culparéis, no culparedes: lo comentaré]

del tiempo que lo requiere.

Del cual un poco furtando, [como hemos dicho, la f- inicial nos confirma que estamos ante un texto medieval]

aunque no sin grande afán,

a vos, señor de Almaçán, [presencia de ç (opuesta a z) con valor de fricativa o africada dental sorda (no sonora como z)]

pregunto, mal consonando:

¿cuál os es menos molesta, [pronombre os (no vos), lo marco y lo relacionaré con otros pronombres o determinantes (vuestra, vos es … puesta) y la persona verbal (respondedme) para hablar de tratamientos]

vuestra secreta prisión

o la vulgar detençión

que vos es por el rey puesta?

Maguer son en calidad [maguer se marca como elemento característico de los textos medievales]

algún tanto discordantes,

ambas a dos son privantes [privantes, un adjetivo en -nte con la forma de participio de presente activo latino, probablemente no se usó en la lengua hablada; estas formas son frecuentes en el siglo XV]

de la franca libertad,

lo cual visto, cuidaría, [cuidar: pensar. Palabra muy característica del léxico medieval]

a mi paresçer grosero,

en el solo carcelero

consistir la mejoría. [esta construcción de infinitivo es característica de algunos textos del XV y probablemente no se usó en la lengua hablada, sino que es una peculiaridad sintáctica propia de la lengua escrita culta que se apoya en construcciones latinas con infinitivo]

FIN

Respondedme todavía, [todavía tiene aún otro significado que actualmente, significa algo semejante a «en todo caso» (toda + vía)]

generoso caballero, [si queremos fijarnos en esto, podemos recordar que g+e,i y j no eran aún velares, sino prepalatales (sonoras). Buscamos hacia atrás por si hubiera más ejemplos que aducir, pero no veo]

que vos faga plazentero [comentamos faga con faze y furtando; comentamos plazentero con faze,turbaçion,falleciere, poliçía]

la dárdana poliçía. [policía no significaba lo mismo que ahora en la EM y los Siglos de Oro. Dárdano es troyano]

 

A este poema y a su aparición en un examen de oposición dedicó un post muy interesante Carlos Campa Marcé en su blog Cidehametebenengeli. El autor se lamenta de

-la aparición de una versión regularizada (pero ya hemos visto en otras entradas que esto es lo más frecuente en oposiciones, más modernizados los textos de los Siglos de Oro y menos los medievales; ayuda a comprender y disminuye los elementos de juicio)

-la falta de título. Dice: «Hay otro problema, y es la ausencia del título con que habitualmente se presenta el poema: “Pregunta a Pedro de Mendoza”. El título nos aclararía algunos aspectos del poema, y sobre todo nos llevaría a situarlo dentro del subgénero de poemas de “preguntas y respuestas”, modalidad típica de la poesía cancioneril del siglo XV. Pero es que, además, se conoce la “Respuesta de Pedro de Mendoza a Gómez Manrique” que, por último, sería otro elemento clarificador de nuestro texto.»
Sin embargo, hemos visto que una lectura cuidadosa del texto nos permite llegar a las mismas conclusiones: es una poesía del género «preguntas y respuestas» y se refiere a un asunto amoroso.

En el post, el autor señala que «como miembro de un tribunal pude observar cómo muchos de los opositores conseguían fechar el texto en el siglo XV, e incluso adscribirlo a la poesía cancioneril, pero muy, muy pocos –en nuestro tribunal solo una persona- aproximarse a una inteligencia certera de su asunto y estructura.» Se ofrecen algunas notas para la comprensión del poema, algo semejante a lo que se ha esbozado aquí y algunos elementos más, sobre todo métricos. El misterioso «la dárdana poliçía» del último verso es también para los editores (él se refiere a la edición de Rodríguez Puértolas) «casi un enigma», y solo señala que (como habíamos visto), «hace referencia a la cortesía troyana o propia de los troyanos.»

Se trata, pues, de un texto del XV, poesía de cancionero, concretamente del tipo «preguntas y respuestas» con muchas características del género y de la lengua literaria del XV. Su autor, que resulta muy complicado identificar sin más datos que los que ofrece en texto, es Gómez Manrique.

En un libro con comentarios resueltos que se puede consultar aquí, la autora interpreta la «secreta prisión» de otra manera (a mi parecer, de manera errónea, algo que se comprueba no solo conociendo el texto de respuesta, sino leyendo con cuidado el texto); sin embargo, ella opera sobre un texto con grafía algo diferente (p. ej. tiene cauallero, gastaua). ¿Cuál apareció realmente en las oposiciones? En Cidehametebenengeli, se dice que la versión de Rodríguez Puértolas. En general, efectivamente, se eligen textos de una edición publicada.

En resumen, puede verse cómo una lectura atenta, cuidadosa y reflexiva de los textos (¡los textos se explican a sí mismos!) y fijarse en unos pocos detalles gráficos y fónicos puede ser determinante para comentar una obra que, en principio, puede resultar compleja (como queda de manifiesto por lo que se dice en el blog Cidehametebenengeli).

Belén Almeida

Imagen: Cancionero. Gómez Manrique (h. 1475). BNE, Mss/7817.

Cómo citar esta entrada:

Almeida, Belén (2019): “Otro comentario filológico de un texto medieval”, TextoR. Blog del Grupo de Investigación Textos para la Historia del Español (GITHE). Recuperado de: https://textorblog.wordpress.com/2019/06/11/7571/.

 

Comentario de texto medieval I

Hoy proponemos un texto medieval que se puede simplemente leer y disfrutar o bien comentar. Es un texto que me parece psicológicamente interesante y además bastante cruel.

Primero va el texto sin ninguna marca. No es un texto muy difícil de entender. Está regularizado (<v> para consonante, <u> para vocal, <i> para vocal y <j> para consonante prepalatal sonora, etc.; tildes; mayúsculas; puntuación según las normas actuales; separación de palabras como la actual, como explicamos en este post). Los consejos para leerlo y entenderlo son:
-tomarse tiempo,
-tener en cuenta que los textos tienen sentido, no dicen cosas absurdas,
-tener en cuenta que los textos suelen dar la misma información varias veces (p. ej.: era aquesse Perillo muy buen ferrero e que labrava muy bien de fierro e de cobre),
-intentar acercarse al sentido de las palabras que se repiten, que pueden ser fundamentales (aquí dimos 50 palabras que nos parece importante conocer para entender los textos medievales),
-leer el texto en voz alta,
-recordar algunos datos básicos sobre la lengua medieval, como que la F- latina aparecía como <f> gráfica (aunque quizá se leía y probablemente se pronunciaba en el habla como aspirada /h/).

De Perillo ell orebze e del so buey que fizo de cobre al rey Busiris

Otrossí cuenta ell obispo Lucas en la crónica del tiempo d’este Josué, e la glosa sobre aquella epístola de Deyanira que enviava a Hércules so marido, e Oracio en el libro de las sus Epístolas, e Juvenal en el so libro, que este rey Busiris mucho era más cruel que los otros reyes nin los otros príncipes de toda essa tierra. Ca dizen que assí era afecho a matar los omnes por quequier que nunqua quedava de vuscar maneras de estrumentos estraños en que los matasse. Onde departen que un ombre que tenién por sabidor en essa Egipto, e deziénle Perillo, que vino a este rey Busiris; e era aquesse Perillo muy buen ferrero e que labrava muy bien de fierro e de cobre. E por engraciarse con el rey dixol: “Señor, enseñarte ía yo pora penar los omnes muy buen estrumento estraño e nuevo e que nunqua fue fecho otro tal, e con que reirás.” Preguntól essora el rey: “¿De qué á de ser e qué forma avrá? E dixo Perillo: “De cobre o de fierro, e de fechura de buey o toro e hueco de dentro, e deve aver en el costado una finiestra por ó metan ý ell ombre, e desque el ombre fuere dedentro que se cierre aquella finiestra muy bien con una tabla que junte otrossí muy bien con el otro cuerpo del toro, e la tabla de aquella finiestra será de cobre o de fierro, de lo que fuere ell cuerpo del toro. E desque el ombre fuere dedentro mandarás dar fuego al toro yuso so el vientre, e calecerá el toro, e quexarse á el omne con la calentura del cobre o del fierro e dará grandes vozes. E saldrán aquellas vozes por la garganta del toro arriba e dent adelant por la boca afuera, e farán un roído que dizrás que non es si non toro que reburdia, e de guisa avrás sabor dend que reirás.” Dixo el rey: “Pues de ti me dizen que labras bien de cobre e de fierro, e fazme tú este estrumento como dizes, e yo te lo galardonaré como merecieres e te daré por él más que él valiere.” Perillo fizo el estrumento luego, e muy aína, e muy apuesto segunt su fechura que dixiera al rey. E pues quel ovo fecho, porque non fallava cosa en quel traer al rey, ca era de grant peso, ovieron éll e otros sabidores que se acertaron allí a asacar maneras de ruedas e ex que les pusiessen e unos maderos juntados como por pertegal, e asmaron e fizieron otrossí el arca del pertegal que anda sobr’ell ex en que vienen las cosas que en él cargan pora traer. Onde en el reino de Menfis d’aquí assacaron el carro. E pusieron aquel toro en aquel estrumento de manera de carro e leváronle al rey Busiris, e Perillo con él, teniendo quel avié fecho muy grant servicio segunt lo que la voluntad del rey querié e segunt el entendimiento d’él. El rey cuando vio el toro catól todo e su puerta e su finiestra e mesuról, e tovol por bien fecho de lo que él era e de la manera que la fechura era, e gradeciólo a Perillo e quel darié algo por éll. E estando assí allí todos dixo el rey en so coraçón: “Yo asaz é de la mi crueldat segunt que me travan los ombres en ello, e assaz fallo maneras en que peno a los malos que me lo vuscan. Pues este, que ovo agora consigo de irme vuscar nueva maestría de estrumentos pora penar los mesquinos de los omnes, a mios dioses digo verdat segunt mio entendimiento que yo por guisado e justicia tengo que éste que padesca su parte del mal que vuscó a los otros que por ventura gelo non vuscaron.” E dixol assí: “Perillo, nuevo es este estrumento que fezist e bien fecho e apuesto en su manera, e bien pareces tú buen maestro e sabio, ca la sabeduría del maestro en la lavor que faze parece. Mas aún nunqua vi omne entrar en este estrumento. E que te vala dios, entra tú ý, e veré cómo an de entrar los otros que yo ý mandare meter.”

¿Se comprende bien? Lo que más me gusta es la sutileza con la que trata al rey: vale, es «cruel», «era afecho a matar los omnes por quequier», estaba acostumbrado a matar a las personas por cualquier causa, peeero peor es el orfebre (orebze < AURIFICE < AURUM + FACERE) Perillo, que le ofrece un medio ingenioso de torturarlas. Al final, el rey queda como la figura vengadora. Poner al rey de malo no es algo que guste en exceso en esta obra (si quieres saber cuál es, hablamos de ella en este post), y de hecho la «crueldad» ni siquiera es necesariamente muy grave, es un rasgo muy habitual de los reyes, una «ira regia» (¡buena!) un poco pasada de rosca.

Ahora pongo el texto un poco trabajado con «marcadores» de color (que recomiendo usar para realizar el comentario). En azul turquesa he recogido los elementos léxicos de interés, que habría que a) comprender y b) recoger en un comentario filológico. En general creo que no se entienden mal. Afecho, de afazer(se), es ‘acostumbrado’. Departen es ‘cuentan’. Yuso es ‘debajo’, ‘abajo’. Sabor, una palabra importante, es ‘gusto’: avrás sabor > tendrás gusto, placer. Son fundamentales en este texto manera (‘tipo’) y estrumento (‘invento, artefacto’). Otros están recogidos en el post de 50 palabras para comprender los textos medievales.

En azul así turquesa oscuro o verde pavo están elementos morfosintácticos, como el so masculino / su femenino (so libro, so buey / su finiestra, su puerta), el pretérito en -ie- (en lugar de ía) (tenién, dezién), el orden de los clíticos (dezién + le, dixo + l, gradeció + lo), el futuro y condicional (enseñar + te + ía; quexar + se + á; galardonaré, reirás), el perfecto fuerte (más abundante en la Edad Media, pero aquí sin muchos ejemplos: dixo, no dizió), la presencia de pora (no para), la frecuencia del futuro de subjuntivo, la presencia del que llamado discursivo (yo por guisado e justicia tengo que este que padesca), algunos rasgos del orden de palabras como sujeto + oración temporal + predicado (el rey + cuando vio el toro + catol todo) o el verbo al final (la sabeduría del maestro en la lavor que faze parece).

En gris oscuro se marcan elementos gráfico-fonéticos, como la -v- < B intervocálica latina (enviava, lavor), la -b- < P intervocálica latina (sabidor), la f- gráfica en las palabras procedentes de palabras latinas con F inicial (ferrero, fierro), la frecuente ausencia de h- en las palabras derivadas de palabras latinas que comienzan por H- (omnes, Oracio, aver), la presencia de -ss- y -s- intervocálicas (la primera sorda, la segunda sonora: matasse, glosa), la frecuencia de la apócope extrema (dixol, fezist), la presencia de -z- (sibilante dental sonora) < -C- intervocálica latina (fazer, dezir) frente a c+ei, ç (que era sorda: coraçón), la oposición x (prepalatal sonora: dixo) / j (prepalatal sorda: junte), y por supuesto la O y E breves tónicas latinas diptongadas en cuenta, entendimiento, finiestra). Más detalles sobre cómo comentar este nivel se pueden encontrar en este post.

Perillo GE2

En gris claro he marcado datos que pueden ayudar a situar el texto. Parece claro que se trata de un texto historiográfico que narra historias antiguas y de zonas muy diversas y alejadas de la península ibérica.

Todo esto junto hace que podamos datar este texto en el siglo XIII. Como muchos lectores y lectoras de este blog y no pocos opositores a profesorado de Secundaria (¡especialidad de Lengua castellana y Literatura!) podrán decir, se trata de un segmento de la General estoria, compuesta por orden de Alfonso X.

Belén Almeida

Cómo citar esta entrada:

Almeida, Belén (2019): “Comentario de texto medieval I”, TextoR. Blog del Grupo de Investigación Textos para la Historia del Español (GITHE). Recuperado de: https://textorblog.wordpress.com/2019/05/22/comentario-de-texto-medieval-i/.

Para saber más:

Hemos publicado bastantes entradas sobre comentario filológico: esta sobre la edición de los textos que suelen aparecer en la oposición, esta con palabras usuales que sirven para realizar un comentario filológico, esta sobre cómo enfrentarse a un texto en una serie de pasos, esta sobre el comentario léxico, esta con 50 palabras muy habituales en los textos medievales.

100 etimologías muy útiles para el comentario filológico

Los libros de fonética y fonología histórica están llenos de palabras que ilustran las leyes fonéticas y sus excepciones. Muchas son poco frecuentes en los textos, como SARTAGINE > sartén, DEFENSA > dehesa, SEMITA > senda… Sin embargo, las palabras y morfemas más comunes, que aparecen en cualquier texto que se proponga para un comentario filológico, nos permiten también comprender e ilustrar la evolución de los sonidos y las grafías. Esta entrada pretende mostrar cómo pueden utilizarse palabras como haber, hacer, pensar, así… para comentar y datar un texto.

Las palabras se han elegido tomando las formas más usuales de un texto medieval del siglo XIII y seleccionando, dentro de las más frecuentes, aquellas de etimología no dudosa que permiten ilustrar las principales leyes fonéticas y rasgos de la fonología y escritura medievales y modernas.

< verbo HABERE: nos permite comentar:

-el tiempo futuro (-ía el condicional) y el abandono del futuro latino, puesto que AMARE + HABEO es una forma analítica que sustituye al futuro de tipo AMABO (amaré),

-la posibilidad de que aparezcan clíticos entre el verbo y el á/ha y la progresiva desaparición de esta posibilidad,

-también, si ha/a aparece como forma verbal independiente, se puede comentar si presenta o no h- inicial. El verbo haber se escribía con frecuencia sin h- en la Edad Media, especialmente en el siglo XIII, pero la primera y tercera personas de singular de presente tendieron siempre a llevar h- con mayor frecuencia (para aumentar su «bulto» gráfico y/o para distinguirse de a preposición y e conjunción copulativa).

-aba < -ABA(M): nos permite comentar la lenición, concretamente la fricativización de las oclusivas sonoras intervocálicas. Toda -B- intervocálica latina pasará a -v- en castellano medieval, como amava, cantava, cavallo, aver… En la Edad Moderna se hará frecuente la confusión b/v en la manuscritura, pero no en la imprenta, donde durante los siglos XVI y XVII los editores conservaron regularmente -v-. Por desgracia, los textos de los siglos XVI y XVII están modernizados gráficamente en muchas ediciones actuales, y también aparecen modernizados en los textos propuestos en la oposición a profesorado de Secundaria. El morfema de imperfecto aparece en casi cualquier texto, por lo que es útil recordar analizarlo.

algo < ALIQUOT: permite ilustrar la sonorización de las sordas intervocálicas latinas (PTK > bdg, en este caso /K/ > /g/) y la síncopa o desaparición de la vocal postónica en las esdrújulas (ÁLIQUOT > la -i- cae).

ambos < AMBO. En la Edad Media puede aparecer como amos o como ambos. Nos permite comentar el resultado de -MB- latino, al igual que palabras menos frecuentes como paloma (< PALUMBU).

amigo < AMICUS. Permite comentar la lenición, concretamente la sonorización de las oclusivas sordas intervocálicas (PTK > bdg, en este caso /K/ > g).

ángel < ANGELUS, del griego, y este del hebreo. Permite comentar la existencia de préstamos, la influencia del latín eclesiástico, lleno de helenismos y hebraísmos…

animal < ANIMALIA. En la Edad Media puede aparecer como animalia (sustantivo femenino) o como animal, pero también existe la forma con metátesis alimaña (que procede de animalia). ANIMALIA es un sustantivo neutro plural, entendido en romance como femenino singular, como sucede con VOTA (plural de VOTUM) > boda.

aprisa < a + PRESSA-. En la Edad Media, la E breve tónica latina dio -ie-, y la -SS- intervocálica se conservó por lo general, por lo que se encuentra priessa y apriessa, con el sentido de ‘prisa’, ‘alarma’. Tiene una cronología diferente de las de otras -ie- que reducen a -i- (el diminutivo -illo o la palabra Castilla son dos buenos ejemplos), pues se encuentra aún priesa en el siglo XVIII en CODEA en textos cultos, y priesa y apriesa aparecen aún hoy en el DLE, que indica que son términos «desusados» y «Usados como vulgarismo». Pero (a)prisa/(a)prissa ya aparece muy temprano, y es frecuente en el siglo XV.

apuesto < APPOSITUS. Esta palabra frecuente en la Edad Media permite comentar la caída de la I postónica en una esdrújula, la simplificación de geminadas (PP > p) y la diptongación en -ue- de la O breve tónica latina.

árbol < ARBORE. Permite comentar la disimilación de dos -R-R en r-l (que también se da en cárcel < CARCERE) y la apócope o caída de -E final. En una esdrújula, la tendencia más habitual es a perder la vocal postónica, pero en algunos casos, como este o como virgen < VIRGINE, se da caída de la -E final (apócope).

así < SIC. La I larga (en latín vulgar, por tanto, cerrada) dará una i en castellano, en este caso tónica. El añadido de la a- es, según el Diccionario crítico etimológico de Joan Corominas, «una mera ampliación del cuerpo del adverbio, como en abés [que significa ‘con dificultad’ o ‘apenas’ y viene de VIX, con el mismo significado] o atanto, analógica de muchos adverbios y frases adverbiales como apenas, adur […] etc. También cita Corominas las muchas variantes: ansí, asín, asina, ansina…, por influjo de aún, non, bien, sin, según… Existe la variante «sí» en textos medievales, aunque puede ser difícil distinguirla de afirmación o incluso del si condicional. Corominas señala que suele encontrarse en frases desiderativas: «fijo, yo vos bendigo, sí faga el Criador» (Libro de Alexandre, 172a).

En la Edad Media, fue frecuente, pero nunca generalizado, escribir así con -ss-: assí. En los siglos XII y XIII la preeminencia de assí es clara, pero ya en el XIV es casi tan frecuente la forma así. Ansí, raro en los siglos XII-XIV, se desarrolló muchísimo durante los siglos XV y XVI, mientras que asín se dio de manera predominante en la zona oriental. Incluimos búsquedas de los cuatro elementos en el corpus CODEA para los diferentes siglos:

así XIIXIIIasí XIVasí XVasí XVI

ayudar < ADIUTARE. ADIUTARE es un frecuentativo de ADIUVARE; los frecuentativos, derivados de verbos que normalmente presentan la forma -TARE en el infinitivo, se utilizaban para indicar acciones repetidas, y en latín vulgar con frecuencia sustituyeron al verbo original. Otro ejemplo es SALTARE, frecuentativo de SALIRE ‘bailar, bailar saltando’. D + I semiconsonántica (yod) dan como resultado la palatal media -y-. La -T- intervocálica sonoriza, como todas las oclusivas sordas en esa posición (PTK > bdg).

beber < BIBERE. En la Edad Media se escribe bever (o beuer). Se puede comentar el diferente resultado de B latina en castellano según sea inicial (se conserva) o intervocálica (pasa a -v- por un proceso de fricativización). Naturalmente, una vez comenzado el proceso de confusión gráfica (al perderse la distinción fónica) entre la b y la v, encontramos otras grafías, como vever, beber, etc. Morfológicamente, si BIBERE (3ª conjugación latina, la única con infinitivo esdrújulo) > beber (2ª conjugación) (a pesar de que lo más general es que si la vocal anterior es AEO > -er y si es IU > -ir) es porque la I de BIBERE es breve y por tanto ¡una e a todos los efectos en romance! En cambio VIVERE, también con infinitivo esdrújulo, dio vivir porque la I de VIVERE es larga, y por tanto cerrada y dio -i- en romance.

bueno < BONU-. Se puede mostrar con ello el mantenimiento de la B- inicial latina, al contrario de la intervocálica, que pasa a -v- (ver -aba). Llega a pasar incluso que la V- inicial latina pasa a b, como en la grafía medieval frecuente boz (VOCE), en boda (VOTA) o en basura (VERSURA, ‘las cosas que hay que tirar’). También se puede comentar la diptongación de O breve tónica latina en -ue- (prácticamente cualquier -ue- castellana es la diptongación de una O breve tónica latina).

caballero < CABALLARIUS. En la Edad Media se escribe cavallero (ver arriba lo que decimos sobre -aba). Con esta palabra pueden comentarse varias cosas: el destino de la -B- intervocálica latina (oclusiva sonora intervocálica pasa a ser fricativa sonora), lo que sucede con el morfema derivativo -ARIU- (> airu > ero) y el resultado de doble -LL- latina.

cabeza < CAPITIA. En la Edad Media se escribe cabeça. Con esta palabra puede comentarse la lenición, en este caso la sonorización de las consonantes oclusivas sordas intervocálicas (PTK > bdg, en este caso P > b), y la acción de la yod (la división silábica latina clásica CA-PI-TI-A pasa a CA-PI-TIA, donde la i semiconsonántica o yod asibila la /t/, y el conjunto pasa a una sibilante dental sorda, fricativa o más bien africada -momento oclusivo más final fricativo, ts-).

casa < CASA ‘cabaña, choza’. Es un término que permite comentar cómo algunas palabras del latín clásico como DOMUS ‘casa’ (o EQUUS ‘caballo’, LOQUI ‘hablar’, UXOR ‘esposa’) se pierden en el léxico patrimonial de algunas o todas las lenguas románicas, y esas realidades pasan a ser denominadas con otros términos. Casa permite además explicar cómo -S- intervocálica da -s- en castellano, una fricativa alveolar sonora intervocálica en castellano medieval (opuesta a -ss- intervocálica, que era sorda; ver para esto -se).

Castilla < CASTELLA (y castillo < CASTELLU-) son un caso de diptongación de E breve tónica latina (Castiella, castiello); posteriormente se redujo el diptongo (Castilla, castillo), como sucedió también con el diminutivo -ELLU > -iello > -illo. En el siglo XIV, en documentos no cancillerescos de CODEA, encontramos 24 casos de Castiella y 5 de Castilla (todos los de Castilla en documentos de Madrid, por cierto). En el siglo XV, 85 casos de Castilla y 6 de Castiella.

cielo < CAELU-. Con esta palabra puede explicarse cómo el resultado del diptongo AE latino fue en latín vulgar tardío una e abierta que tuvo, cuando era tónica, el mismo resultado que la de la E breve tónica (a pesar de que como diptongo AE era larga originalmente, su rasgo abierto la igualó al resultado de E breve cuando lo decisivo fonológicamente pasó de ser la longitud o cantidad a ser la apertura). En resumen: AE > e abierta, igual que E breve pasa a e abierta. E breve tónica > diptonga en ie en castellano (miles de ejemplos: tiene, miedo, siempre…), y también lo hace el resultado de AE tónica. Otro ejemplo del resultado AE tónica: QUAERIT > quiere. También puede ilustrarse el cambio de sonido de C- más E, I en latín: de una /k/ a una k adelantada, palatalizada, que en la Edad Media dio en castellano un sonido sibilante dental, y posteriormente se igualó con el resultado de S en algunas zonas del español y se transformó en un sonido interdental en otras. 

consejo < CONSILIU-. Con esta palabra puede comentarse la acción de yod (la división silábica latina clásica CON-SI-LI-U pasa a CON-SI-LIU, donde la i semiconsonántica o yod palataliza la /l/, y el conjunto pasa a una sibilante prepalatal sonora, fricativa, algo como «dsh».

corazón < de un derivado del latín COR ‘corazón’. Quizá la forma que dio origen a corazón fue COR más los sufijos aumentativos -ACEU- y -ONE-, como dice Joan Corominas «por efecto del concepto medieval del corazón como sede de la valentía». Efectivamente, resulta necesario explicar por qué se dio probablemente en latín vulgar el uso de un aumentativo para sustituir el breve término latino original (COR), cuando lo más usual es que se usasen formas de diminutivos (-ÓLU- o -‘CULU-): AVIA > AVIOLA > abuela; APIS > APICULA > abeja; AURIS > AURICULA > oreja). En la Edad Media, se escribía coraçón, lo que indica una pronunciación sorda, aproximadamente ts (frente a z, que indicaba la sibilante dental sonora, algo como ds). El significado de coraçón incluye tanto el órgano como, tal como indica Corominas, el valor («ser de gran coraçón»). También derivado de COR es corada, con el significado de ‘entrañas de un animal’, pero también entrañas o corazón del ser humano. Así dice la General Estoria de Filomena:

assaz se movié la lengua e buscava palabras de mal e denostos que dixiés en tal fecho, mas diz quel non ayudava el pulmón nin la corada dont se levanta el respiramiento por ó se faze la palabra

creer < CREDERE. Puede ilustrarse, como en ver y en ser, la caída de la -D- intervocálica latina. En el caso de creer, no hubo un posterior paso de -ee- a -e-, al contrario de lo que ocurrió en estos otros dos verbos.

cuento < CONTU-. Esta palabra tiene más usos y significados en español medieval que en la actualidad, pues significa también la cuenta, la sucesión o el hecho de contar. Fonéticamente, muestra la diptongación de la O breve tónica en ue.

cuerpo < CORPU. Puede hablarse aquí del resultado de O breve tónica latina: el diptongo ue. 

cuidar < COGITARE. La palabra cuidar significaba ‘pensar’, ‘creer’, ‘considerar’ en la Edad Media. No es extraño teniendo en cuenta que su étimo es COGITARE, la palabra de la famosa frase de Descartes cogito ergo sum (pienso, por tanto existo). En las palabras llanas de cuatro o más sílabas, es muy frecuente que caiga la vocal previa a la sílaba tónica (SEPT(I)MANA), pero aquí ha caído la consonante sonora intervocálica -G-. También ha sonorizado la -T- intervocálica (> d).

deber < DEBERE. En la Edad Media se escribía dever. Muestra la lenición, cómo la -B- intervocálica latina pasa a -v- en castellano, sufriendo un proceso de fricativización o fricatización (consonante sonora intervocálica oclusiva pasa a fricativa). La recuperación de la grafía -b-, aunque propuesta ya por la RAE en su primer diccionario (el de Autoridades, 1726-1739) no se generalizó entre las personas cultas hasta finales del siglo XVIII o principios del XIX.

decir, dijo < DICERE, DIXIT. En la Edad Media se escribía dezir, dixo. Esto nos permite encontrar contextos para comentar los pares c-ç/z (c-ç eran sibilantes dentales sordas y z era sonora, algo parecido a ts/ds) y x/j-g (x era prepalatal sorda y j-g prepalatales sonoras, algo semejante a sh/dsh). En la Edad Moderna, esta diferencia entre c-ç y z y entre x/j-g se perdió, pues desaparecieron los elementos sonoros y se igualaron con el sordo de su pareja. Esto significó que muchas personas empezasen a confundir los antiguos usos gráficos (que se basaban en una diferencia fónica), y podemos empezar a encontrar dezir y decir; dixo y dijo… Por supuesto, luego sucedió el cambio de lugar de articulación para x, j y g, que pasó de ser prepalatal a ser velar. Pero esto difícilmente se advertirá en un texto, aunque sabiendo la época se puede comentar.

duda, dudar < DUBITA /’dubita/, DUBITARE /dubi’tare/. En la Edad Media aparecen en general como dubda, dubdar. Duda se encuentra ocasionalmente escrito desde el siglo XIV, pero en el siglo XV aún hay en CODEA 59 casos de dubda frente a 40 de duda en documentos no cancillerescos, y los tres casos de documentos cancillerescos, más cuidados, son de dubda, con seguridad la grafía prestigiosa y fetén. Esta -b- es el resultado de la caída de la postónica en la esdrújula, sucedida tras la sonorización de la -T- intervocálica en -d-: ‘DUBITA > *’dubida > dubda. En el verbo, habría caída de la -i- pretónica (DUBI’TARE > dubi’dare > dubdar), como sucede en honrar < HONOR(A)RE.

dueña < DOMINA. Con esta palabra, que en la Edad Media significaba sobre todo ‘señora’ o ‘señora casada’, pueden explicarse la síncopa o pérdida de la vocal postónica en las esdrújulas (DOMINA /’do mi na/ > domna /’dom na/), la palatalización de NN y otros grupos (en este caso, M’N, donde ‘ marca la pérdida de la vocal) y la diptongación de O breve tónica latina en ue. También puede explicarse todo esto con la palabra DOMINU > dueño. Dómine (sustantivo con que se designaba al profesor de latín) es un cultismo y viene del vocativo de DOMINUS, sin duda por recibir estos profesionales las continuas llamadas de sus alumnos: ¡Dómine! (¡Señor!, tengo una duda…).

edad < AETATE. Esta palabra bastante frecuente nos permite ilustrar una buena cantidad de fenómenos: lenición (concretamente sonorización de las oclusivas sordas intervocálicas, PTK > bdg), apócope (no extrema, sino la general que se produce si hay -n, -r, -l, -s, -d, -z + E («no le des arroz«), como en PANE > pan, MARE > mar, SALE > sal), monoptongación del diptongo latino AE > e. También puede comentarse, si se da el caso de que aparezca con h- (hedad), la frecuencia de la h- antietimológica, especialmente desde el siglo XIV (también se ve en horden < ORDINE y en otras palabras que no llevaban ni H- ni F- iniciales en latín).

escribir < SCRIBERE. En la Edad Media se escribía escrivir (o escriuir). Se puede ilustrar el resultado de S- líquida latina (esto es, la S inicial que va seguida de consonante), que nunca se mantiene en español sino que recibe un refuerzo o apoyo vocálico (otros ejemplos: SPECULU > espejo, SPIRITU > espíritu). Otro resultado es el de SCIENTIA, SCIPIO, SCAEVOLA > ciencia, Cipión, Cévola (estos últimos, nombres de generales romanos, en la forma en que aparecen en la Edad Media e incluso Moderna). También se ve la lenición, concretamente fricativización de -B- intervocálica (-B- > -v-). Aún en el siglo XVI la grafía escriv- para el verbo es general, con 112 apariciones con -v- y ninguna con -b- (de momento). Solo tengo en cuenta el verbo y no la palabra escribano porque
En la palabra escribano puede comentarse la dificultad de saber si se escribe con -v- o con -b- dado que suele abreviarse (por ejemplo como sno): ¿qué forma habría escrito la persona si no la hubiera abreviado? Muchas veces es imposible saberlo.

eso, ese, esa < IPSE. Permite comentar el desarrollo de este elemento desde un pronombre latino con el significado de ‘él mismo’, además de la oposición -ss-/-s-. La grafía habitual en la Edad Media es esse, essa, esso, aunque hay que reconocer que desde el siglo XIV tampoco es raro ese, eso, esa, como puede verse en CODEA con una búsqueda esse/ese, por ejemplo.

física < PHYSICA. Esta palabra, que en la Edad Media denominaba en general a la medicina, así como físico (‘médico’), permiten comentar la variación en castellano medieval y moderno entre la grafía ph/f (la ph en latín procedía de la fi griega), la falta de caída de la postónica -I- (a pesar de tratarse de una esdrújula) o la conservación de -C- (no sonoriza), fenómenos que señalan que esta palabra es un cultismo.

fuerza < FORTIA. Se puede comentar aquí la existencia de yod, o i semiconsonántica, que modifica la T asibilándola cuando IA pasa de ser un hiato (con i núcleo de sílaba) a un diptongo. Dentro de los tipos de yod que distingue Menéndez Pidal, se trata de una yod primera, la más antigua. Además, O breve tónica diptonga en ue (sin que este tipo de yod lo impida). ¿Más cosas? Sí: el hecho de que F- se conserve (lo hace ante ue: fuente, fuerza, fuego) y no dé aspirada.

gramática < GRAMMATICA. Esta esdrújula no pierde su -I- postónica, ni la -C- intervocálica sonoriza. Estamos ante un cultismo, aunque soluciones evolucionadas se encuentran en algunos textos medievales (gramatga).

haber < HABERE. En la Edad Media solía aparecer con -v- y sin h (aver/auer). Con h- aparecen sobre todo la primera persona (he) y la tercera (ha). Desde mediados del XIV, se va a hacer más frecuente la aparición de h- en otras formas del verbo. La -v-, resultado general de -B- intervocálica latina, se mantiene (con vacilaciones gráficas en muchas personas, especialmente en los siglos XVI y XVII) hasta ¡los primeros tomos del Diccionario de autoridades! En el tomo en que haber es lema, se lo replantearon y decidieron que, como el étimo latino llevaba B, la palabra española debería llevarlo también (a pesar de toda la tradición medieval y de los hermanos románicos, como avoir).

hablar < FABULARE. Con esta palabra, pueden comentarse varios fenómenos. Por una parte, cómo un verbo latino como LOQUOR ‘hablar’ desapareció en castellano medieval y el concepto se expresó con una palabra derivada de FABULARE ‘inventar, contar mentiras’. Por otra, hechos fonéticos: F- inicial latina da /h/ (aspiración), expresada en la Edad Media mediante la grafía f-. Como palabra llana de cuatro sílabas, FÀBULÁRE tenía un acento principal (en la segunda A) y uno secundario (en la primera), lo que deja la -U- muy debilitada: desaparece. Por último, se pierde por apócope la -E final, como sucede en todos los infinitivos.

hacer < FACERE. La -C- intervocálica latina seguida de e (o i), que en época clásica se pronunciaba como /k/, se fue asibilando en latín oral (vulgar) tardío, y en la Edad Media castellana se había convertido en una sibilante dental sonora que se escribía con -z-. fazer/hazer fue durante la Edad Media y el siglo XVI la forma más usada, como puede verse en las imágenes de estas búsquedas en CODEA: azul es fazer en el primer mapa (todos los siglos, pero hay formas medievales por la grafía inicial f-) y hacer en el segundo (siglo XVI), y rojo facer en el primer mapa (todos los siglos, pero hay formas medievales por la grafía inicial f-) y hacer en el segundo (siglo XVI). En el siglo XVII, hacer es ya más frecuente que hazer en el mismo corpus (106 casos frente a 67).

t_isabeldeolmoshazer_hacer_XVI

hasta < HATTA. Esta preposición es un arabismo, deriva de una H- inicial, una fricativa velar «silbante». El hecho de que aparezca escrito como fasta (con f- inicial) muestra que en la Edad Media la pronunciación de la F- inicial latina era, al menos en el habla, una fricativa h-: «fermoso» /her’mozo/, «fumo» /’humo/. (Quizá el caso era diferente con los textos en castellano leídos en voz alta, que al menos hasta algún momento pudieron pronunciarse como f-). Por tanto, se demuestra también que f- era la manera de representar gráficamente un sonido fricativo velar (pues la h-, que aparecía en hombre, he, etc., procedente de H- inicial latina, no sonaba). Para más sobre el resultado de F- y H-, ver hombre, hembra, hermoso, hijo, haber

hecho < FACTU. Con esta palabra, en la Edad Media escrita fecho (y con pronunciación aspirada), podemos ilustrar tanto la evolución de F- inicial latina como la yod cuarta: FACTU > faitu > feito > fecho, con 1) sonorización de la -C- implosiva o final de sílaba (que se convierte en yod), 2) cierre de -A en e por efecto de la yod, 3) palatalización de T por efecto de la yod. Lo mismo sucede con LACTE > leche.

hembra < FEMINA. Permite ilustrar varios fenómenos: el resultado de F- inicial latina (como hermoso, hallar, hablar, hacer o hijo), la síncopa o caída de la vocal postónica en las esdrújulas (‘FE MI NA > ‘FEM NA) y el resultado del grupo secundario M’N (donde ‘ representa la caída de un sonido, y «secundario» hace referencia a que no es un grupo existente en latín) > mbr, como también puede verse en hombre, hombro y hambre, por ejemplo.

hermoso < FORMOSU-. Permite ilustrar el resultado de F- inicial latina. Parece que FERMOSU como variante de FORMOSU (derivado de FORMA ‘hermosura’) se dio ya en latín. En la Edad Media se escribió regularmente fermoso, hasta que en el siglo XV empezó a abrirse camino la grafía h- para las aspiradas procedentes de F- inicial latina.

hijo < FILIU. Permite ilustrar la acción de yod tras la conversión en diptongo de un hiato latino. ‘FI LI U > ‘FI LIU > acción de yod > prepalatal sonora (el paso a velar sorda es posterior a la Edad Media). También la F- inicial latina, que se realizó como aspirada desde los comienzos del castellano, aunque se escribió como f- durante toda la Edad Media (ver hermoso, hecho, hasta o hablar).

hombre < HOMINE. Permite ilustrar la síncopa de la vocal postónica en las esdrújulas (siempre que la vocal postónica no sea A): ‘HO MI NE > ‘HOM NE. También hay que comentar el resultado del grupo secundario M’N (surgido por esta síncopa), que es -mbr- pero persistió como -mn- durante buena parte de la Edad Media: omne/ombre. En los documentos escritos de 1400 a 1500, el corpus CODEA presenta aún 79 casos de omne frente a 6 de ombre y 3 de hombre. En cambio en los del siglo XVI hay 24 casos de hombre y ombre frente a ya solo 9 de omne/homne, y estos todos en documentos reales (más conservadores). Además, es una ocasión de comentar el resultado de H- inicial latina. En la Edad Media era muy frecuente no escribirla. Por ejemplo: miramos en CODEA homne/hombre/omne/ombre para los siglos XIII, XIV, XV y XVI, cogiendo pares sin/con h-: siglo XIII, 150 casos sin h- y 7 con h-. Siglo XIV, 105 casos sin h- y 6 con h-. Siglo XV, 84 casos sin h- y 3 con h-. Siglo XVI, 14 casos sin h- y 19 con h-. Con el tiempo, se recupera la h- inicial, pero en esta palabra mucho más lentamente que en otras.

huerto < HORTU-. Se puede comentar la diptongación de O breve tónica (solo cuando es tónica: hortelano). La H- inicial latina se perdía con mucha frecuencia en la escritura castellana (ver hombre, haber), pero aquí su conservación gráfica quedó apoyada porque su presencia ayuda al lector a comprender que la -u- es una vocal (sin ella, podría pensar: ¿qué es esta palabra verto?, pero con la h- sabe que es /’uerto/; esto pasa porque se escribían igual la u y la v).

-illo < -ELLU. El diminutivo procedente de -ELLU fue el más frecuente en castellano medieval e incluso moderno. Al principio, encontramos -iello, por diptongación de E breve tónica; luego la forma reducida -illo. En los textos medievales, se encuentra -iello de manera bastante general hasta el siglo XIV, cuando se abre paso -illo. La reducción -ie- > -i- se ve también en (a)priesa > (a)prisa y en Castiella > Castilla.

letra < LITTERA. Pueden verse en esta palabra el resultado de I breve latina > e; la simplificación de las dobles intervocálicas por lenición (TT > t) y la caída de la vocal postónica en las esdrújulas (la -E- desaparece).

lumbre < LUMINE. Una etimología que me encanta. Como en el caso de hembra, hombre y hombro, la caída de la vocal postónica en la esdrújula da un grupo secundario M’N que se resuelve como -mbr-, en unas palabras antes que en otras.

-mente < MENTE. Este elemento, formante de adverbios sobre la base del adjetivo en femenino, tuvo muy diversas formas en los textos medievales, que pueden ayudar a comentar y datar los textos: mientre, miente, mente, escritos con frecuencia separados del adjetivo. En el siglo XIII es muy frecuente -mientre, que se va haciendo más raro en el XIV y es residual en el XV:

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La forma -miente, infrecuente aún en el XIII, se populariza en el XIV, pero en el siglo XV es ya rara.

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Por fin -mente aparece muy rara vez en el XIII, se populariza en el XIV, pero es en el XV donde se convierte, realmente, en la única forma del adverbio.

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meter < MITTERE. Este verbo permite comentar la lenición (doble consonante intervocálica simplifica, -TT- > -t-) y el resultado de I breve latina (> e), además de la caída de la -E final del infinitivo por apócope.

milagro < MIRACULU-. Esta palabra permite comentar la lenición (concretamente la sonorización de oclusivas sordas intervocálicas: C > g), la síncopa de postónica (las palabras esdrújulas pierden con mucha frecuencia la vocal postónica, *mirágolo > miraglo) y la metátesis (cambio de orden, suele afectar a las líquidas r/l: miraglo > milagro).

mismo < MEDESIMU. Esta palabra permite ilustrar la síncopa o desaparición de la vocal postónica (siempre que no sea A: ORPHANU > huérfano) en las esdrújulas: MEDÉSIMU > mesmo > mismo. En la Edad Media e incluso en la Moderna conviven mesmo (forma más antigua) y mismo.

moro < MAURU. Esta palabra permite ilustrar la monoptongación de AU en o (también puede verse en TAURU- o AURU-).

muerte < MORTE. De esta palabra puede comentarse el resultado de -O- breve tónica latina (diptonga en ue en castellano). El hecho de que sea una palabra femenina (en oposición, por ejemplo, a las lenguas germánicas, donde era masculina) fomenta que se la personifique como una mujer.

nombre < NOMINE. Como en hombre, hembra, hambre, lumbre, nombre es un caso en que cae la vocal postónica en una esdrújula (NOMINE > nomne) y el grupo secundario M’N resultante acaba dando -mbr-.

nuevo < NOVU. Esta palabra nos permite comentar la diptongación de O breve tónica latina en ue y la conservación como -v- de la -V- intervocálica latina (a veces se conserva, a veces cae: RIVU > río). En los siglos XVI y XVII, como resultado de la falta de distinción entre la pronunciación de b y v, se da frecuentemente confusión gráfica y encontramos muchas veces nuebo: en CODEA nuevo+nueva+nuevos+nuevas suman 190 casos en los siglos XVI y XVII, menos que los 231 casos de nuebo+nueba+nuebos+nuebas.

obra < OPERA. En esta palabra pueden mostrarse la sonorización de las oclusivas sordas intervocálicas (PTK > bdg, en este caso P > b) y la posterior caída de la vocal postónica en palabra esdrújula (OPERA > *obera > obra).

oro < AURU. Como en el caso de MAURU > moro, puede ilustrarse la monoptongación del diptongo latino AU en o, pasando por una fase de cierre de A: AU > ou > o.

otro < ALTERU. AL- inicial dio, por vocalización de L final de sílaba, el diptongo au-, que monoptongó en o como sucedió con los diptongos AU primarios (es decir, los que ya existían en las palabras latinas no modificadas). Como palabra esdrújula, perdió la -E- postónica.

pasar < PASSARE. Un verbo con multitud de significados en español actual y en toda la historia de la lengua, pasar se escribió con frecuencia con -ss-, y esta grafía llega al Diccionario de autoridades (imagen). Sin embargo, la grafía pasar no fue inhabitual ni siquiera en la Edad Media. En 1780, en la primera edición del DRAE, la Academia propuso escribir pasar ya con una sola -s-, pues eliminó la doble ss.

passar AUTS

pensar < PENSARE. Se suele considerar un cultismo, una palabra que no ha cumplido la evolución fonética a la que parecía destinada por su forma, según las leyes fonéticas que operan en una lengua, pues el resultado de -NS- es -s- (sonora), por ejemplo en SENSU > seso. Por su significado (procesos mentales), no es raro que se trate de un cultismo. La palabra latina significaba originalmente ‘pesar’; de ahí, por metáfora, el significado actual de pensar: reflexionar, sopesar una cosa. Pesar, por cierto, tiene el mismo étimo.

poder < procede del latín vulgar POTERE. El infinitivo en latín clásico era POSSE, pero POTERE se creó sobre formas de este verbo con -T-, como POTES ‘tú puedes’ o POTUI ‘pude’, como explica el DLE. El proceso de sonorización de las sordas intervocálicas llevó a la -T- a convertirse en -d-. En las formas verbales en que la sílaba de -o- es tónica, puede comprobarse la diptongación de O breve tónica (puedes, puedan, etc.).

profeta < PROPHETA < griego προφήτης. Las palabras con φ griega son transcritas en latín con PH, que en castellano se pronunció como /f/ y se escribió bien con ph, bien con f. Es característico de esta palabra en el castellano medieval su género femenino, aunque se refiera a hombres:

segunt las profetas dixeron: «Mucho son honrrados los tus amigos, Dios»

Samuel. ysayas. iheremias. Ezechias. Daniel. Joel. Annos. Abdias. Jonas. Mechias. Mauri. Abacuc. Sofonias. Ageus. Zacharias. Moyses. Josue. Aaron. Dauid. & por todas las prophetas. que annunciaron el auenimiento de messias»

También existía, sin embargo, la palabra con género masculino.

pueblo < POPULU. Esta palabra permite comentar tres grandes fenómenos de cambio del latín al castellano: la sonorización de las oclusivas sordas intervocálicas (-P- pasa a -b-), la caída de la vocal postónica en las esdrújulas (-U- desaparece) y la diptongación de la O breve tónica (O pasa a ue).

pugnar < PUGNARE. Hoy pugnar es una palabra inhabitual, del ámbito formal. En cambio, en la Edad Media puñar, derivado también de PUGNARE, era una forma muy frecuente, con el significado de «luchar por» o «intentar»: «fuemos a estos logares e puñamos en saber verdat», «Quando los vieron los romanos, fueron muy espantados e puñaron de defender su çibdat». -GN- > ñ, escrito con nn y luego con n con lineta superpuesta (origen de ñ), en uno de los contextos fónicos que se considera pertenecen a la yod segunda, subgrupo segundo (GN, NG, N+yod > palatal nasal).

púrpura < PURPURA, que a su vez < griego πορφύρα. Como cultismo, se conserva como esdrújula, sin perder la vocal postónica, que suele desaparecer en las esdrújulas. La adaptación de φ como P fue usual en una época, aunque préstamos más tardíos del griego al latín se adaptaron, más fielmente, con PH. A pesar de su forma actual, igual al étimo latino, tuvo diferentes variantes en castellano, entre las que pueden destacarse algunas con cambio R > l por disimilación R-R > r-l, con cambio U > o e incluso ocasionalmente con desaparición de la -U- postónica: pórpola, pórpora, porpra (esta última en la zona oriental).

saber < SAPERE. La -P- intervocálica latina sonorizó en -b-. Esta palabra castellana, por tanto, se escribió regularmente con -b- cuando las normas gráficas que distribuían b/v probablemente respondían a una realidad fonológica; más tarde se conservó esta grafía especialmente en aquellas personas que habían tenido una buena educación o instrucción en la escritura, pero apareció con fuerza saver. En CODEA, saver se encuentra desde el XV (muy raro) y es frecuente en el XVI (95 casos de saber frente a 39 de saver) y más en el XVII (41 casos de saber frente a 34 de saver); la tendencia remite algo en el XVIII, pero sigue siendo frecuente saver, a pesar de la opinión de la RAE: 29 casos de saver frente a 39 de saber en CODEA. Cf. haber para una palabra con -B- latina que dio -v- intervocálica.

-se < -SSE-: las formas de subjuntivo en -ese son muy frecuentes en los textos, y permiten valorar la grafía intervocálica -ss- (sorda en la Edad Media, /s/) como opuesta a -s- intervocálica (sonora en la Edad Media, /z/). Si hay casos de -se (casase, rogases, dixesen), esto es un síntoma de que la distinción ss/s está peligrando por una creciente confusión fonética que se aprecia en la escritura.
(Ojo porque que haya confusión en la pronunciación no implica que la haya en la escritura, como ahora no solemos olvidar la h de harina o de ahora; sin embargo, que la haya en la escritura es una indicación bastante buena de que existe confusión en la pronunciación. Ya sabemos que a > b no implica ⌉ a > ⌉ b, peeero sí es bastante probable también aquí que ⌉ b > ⌉ a, es decir: si hay confusión en la escritura (a) es que hay confusión en la pronunciación (b); si no hay confusión en la escritura (⌉ a) eso NO significa que no haya confusión en la pronunciación (⌉ b); si no hay confusión en la pronunciación (⌉ b) no tiene por qué haber confusión en la escritura (⌉ a), como ahora no vamos escribiendo caja como «gaja», salvo que pronunciemos gaja /’ga xa/).

seco < SICCU-. Muestra la evolución de I breve latina > e y la simplificación de las geminadas latinas: CC > c, BB > b, PP > p… como en CUPPA > copa, ABBATE > abad o aquí SICCU > seco.

semana < SEPTIMANA. En este polisílabo llano, se aprecia un fenómeno muy habitual en la evolución de este tipo de palabras del latín al español: la vocal de la sílaba entre la tónica (MA) y la contratónica (SEP) se relaja y acaba cayendo: SÈPTIMÁNA > semana. En el siglo XIII especialmente, se encuentran las grafías setmana, sedmana y sobre todo selmana.

señor < SENIOR. El comparativo de SENEX, anciano, SENIOR tenía en latín clásico tres sílabas: SE NI OR. Cuando el hiato se convirtió en diptongo, dio lugar a una i semiconsonántica (una yod) que influyó sobre la N palatalizándola. Es un contexto de la llamada «yod segunda», como sucede también en viña.

ser < SEDERE. Ilustra la frecuente caída de -D- intervocálica latina, además de presentar un cambio de significado, pues SEDERE en latín significaba estar sentado (ver sedente), y se oponía a STARE (estar en pie) y IACERE (estar tumbado), algo como sucede actualmente en alemán con stehen, sitzen, liegen. En la Edad Media, seer significaba aún a veces ‘estar sentado’, aunque también, cada vez con mayor frecuencia, simplemente ‘ser’ (enartado puede seer ‘puede ser engañado’).

seso < SENSU. Como en SPONSA > esposa o ANSA > asa (o PENSARE, que da el doblete pesar/pensar), puede verse que el resultado de -NS- latina es -s- simple, que tuvo en castellano medieval una pronunciación sonora, la que se transcribe por /z/. La oposición -ss-/-s- en contexto intervocálico fue semejante a la que existe en francés actual (poison ‘veneno’ / poisson ‘pescado’). Si se ve una grafía rara como sesso, estamos ante una muestra de confusión en la pronunciación (si no se diferencia hablando, es fácil confundirse en la escritura). Ver también -se.

soberbia < SUPERBIA. Es una palabra donde, además de comprobarse que la U breve da o, puede verse la diferencia entre la -P- intervocálica y la -B- intervocálica, ya que esta palabra se escribió durante toda la Edad Media sobervia, y también sus derivados (sobervioso, soberviar) se escribían de esta manera. En CORDE, los primeros ejemplos de soberbia se encuentran en el Conde Lucanor, pero la fecha de esas grafías no es la de 1325-1335 que en el corpus se indica, pues esas son las fechas de composición de la obra, sino que los manuscritos de esta obra, por ejemplo S (BNE 6376), son de finales del XV o incluso del XVI. Hasta finales del XV la grafía soberbia es extremadamente inusual. Con posterioridad a esa fecha, se va abriendo paso poco a poco. En CORDE es difícil de apreciar exactamente en qué medida, pues, para los Siglos de Oro, se recogen numerosos textos con grafía modernizada.

tierra < TERRA. Puede comentarse la diptongación de E breve tónica latina (E > ie), que no se produce en los derivados en que la -e- no está en posición tónica: terrestre.

toller < TOLLERE. Esta palabra hoy desusada era habitualísima en la Edad Media, con el mismo significado de la palabra latina, ‘quitar’. Tenemos el verbo latino junto con su contrario, PONERE, en las reglas de la lógica, modus ponens y modus tollens. La -O- era breve, lo que hacía que cuando la forma verbal tenía esta sílaba como tónica, se convirtiera en -ue-: el fuego que tuelle la friura del agua; conviene que les tuelgan los pies e las cabeças e las alas. Esta palabra muy característica del léxico medieval desapareció prácticamente a finales de la Edad Media: ya en el XV era rara. Puede verse el verbo TOLLERE en carnestolendas, la época del año en que «hay que quitar las carnes» (este es el significado de carnes + tollendas).

ver < VIDERE. Puede comentarse la caída de la -D- intervocálica latina (como en SEDERE > seer > ser o en CREDERE > creer). Veer es más habitual en los siglos XIII y XIV, mientras que ver se generaliza desde el XV. El elemento -veer conserva su forma antigua en proveer (< PROVIDERE).

vivir < VIVIRE. En la Edad Media se escribe vivir o bivir (en lugar de v es frecuente encontrar u con valor consonántico, especialmente en la segunda v). Permite ilustrar el betacismo, o proceso por el que las v- iniciales frecuentemente sufren un refuerzo o una oclusivización en español, que se advierte en español medieval (y a veces moderno) debido a la grafía b-. Otros ejemplos: VOCE- > voz / boz (frecuente en la Edad Media); VERSURA > basura.

viejo < VETULUS. Es una palabra que permite ilustrar la síncopa o caída de la vocal postónica en las esdrújulas latinas (VE TU LUS > ve c’lus, por la rareza de /tl/), la acción de yod (el grupo C’L pasa a prepalatal sonora) y la diptongación de la E breve tónica latina (E > ie). Luego (ya en la Edad Moderna) la palatal dará velar /x/, y la confusión de v y b propiciará la grafía (ocasional) biejo.

viña < VINEA. Permite ilustrar la acción de yod tras la conversión en diptongo de un hiato latino. ‘VI NE A > ‘VI NIA > palatalización por acción de yod > nasal palatal. Lo mismo puede verse en ‘FI LI U > ‘FI LIU > hijo.

voz < VOCE-. La palabra VOCE sufre apócope de -e final (no apócope extrema, sino normal o regular). La V- inicial suele conservarse, pero no es raro que se encuentre b- inicial: boz es muy habitual en la Edad Media. ¿Por qué? Porque la V- inicial, por tender a ser pronunciada como oclusiva por su posición, se escribía con frecuencia como b-. En CODEA se advierte desde el siglo XIII hasta el XVII que boz compite con voz, aunque nunca llega a superar el número de apariciones de voz. Curiosamente, sí lo hace en los documentos cancillerescos (reales): 16 casos de boz frente a 5 de voz en el XIII; 17 frente a 8 en el XIV; 35 frente a 10 en el XV; solo en el XVI se revierte la tendencia: 4 boz y 10 voz en documentos cancillerescos. ¿Fue, según esto, boz en algún momento una forma más prestigiosa que voz?

vuestro < VESTRU-. Este caso es muy interesante, pues muestra la tendencia de elementos semejantes, por ejemplo parejas de términos, de igualarse en algunos aspectos. De VESTRU no debería haber surgido vuestro, pues ue es consecuencia de la diptongación de O breve tónica latina, que no existe en VESTRU-. Pero esta -ue- remite a la -ue- de nuestro < NOSTRU-. El par nuestro/vestro pasó a ser nuestro/vuestro. Esto pudo pasar ya en latín vulgar, con un *VOSTER, VOSTRA, VOSTRUM «erróneo» creado por influencia de NOSTER y también de VOS, el pronombre personal de segunda persona (‘vosotros’: «O vos omnes qui transitis per viam» > «oh, vosotros, todos los que andáis por el camino»).
Lo mismo, esta igualación de términos, se dio en el par SOCRU-/NURU- (-O- breve tónica dio -ue-, pero la -U- no lo hubiera dado; sin embargo tenemos suegra y nuera, no nura) y en DEXTRA / SINISTRA (E breve tónica > diestra y por su influencia también siniestra). Por cierto que el cambio del femenino SOCRUS a SOCRA, y lo mismo en NURUS > NURA, se dio por la tendencia en latín vulgar a la «lógica» de preferir la -A como terminación de los sustantivos femeninos; esto ya lo critica la Appendix Probi).

Belén Almeida

 

Para saber más:

Corominas, Joan, Diccionario crítico etimológico, Gredos. [no uso el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico de Corominas/Pascual porque tengo el de Corominas en casa…]

GITHE (Grupo de Investigación Textos para la Historia del Español): CODEA+ 2015 (Corpus de documentos españoles anteriores a 1800) [en línea].

Real Academia Española: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. <http://www.rae.es&gt; [Fecha de la consulta]

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española: Diccionario de la lengua española, 23ª edición.

Real Academia Española, Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española (NTLLE), en línea.

 

50 palabras para comprender los textos medievales

Desde la ESO hasta la oposición a profesorado de Secundaria, mucho es el miedo que despiertan los textos medievales. Incluso los de contenido más sencillo resultan con frecuencia complicados debido, sobre todo, a que parte del léxico más utilizado ha desaparecido hoy día. Sin embargo, no son tantas las palabras que se deben conocer para mejorar enormemente la comprensión de los textos. Con algunas palabras muy frecuentes, pero hoy desaparecidas, abriremos una gran brecha en esa “selva léxica”.

Veamos este texto del Conde Lucanor:

lucanora

Y este de la General Estoria:generalestoria

Y este otro del Conde Lucanor:

lucanorb.png

Hemos marcado las palabras que creemos más incomprensibles, así como más necesarias. Se puede ver que se repiten bastantes. Hemos hecho una selección que esperamos sea útil. Ilustramos las que aparecen en los textos con un ejemplo del texto, y las otras con ejemplos de otras obras medievales muy conocidas.

Verbos

Abeitar (engañar): «esto dijo la dueña queriéndolos abeitar» (Libro de buen amor)

asmar (pensar, creer): «asmó aquel gafo qué nombre pornié a este niño» (General Estoria)

catar (mirar): «E á otra mucho estraña vertud, que si omne o mugier se catare en ella como en espejo esfuerça mucho el viso, mas si otra animalia lo faz pierde la vista» (Lapidario). Para recordar: es el mismo verbo que el actual «catar» en «catar un melón»: «mirarlo».

contrallar (oponerse): «E quando el fuere en todas las partes de Aries; es matador. & uaraiador. & contrallador & bozero» (Judizios de las estrellas)

cuidar (pensar): «bien cuydaria que lo dixiéredes por me probar» (Conde Lucanor). Para recordarlo: viene de cogitare ‘pensar’, el de cogito ergo sum.

cumplir (ser suficiente, hacer falta): «la parte del Bien fazía lo que cumplía en casa» (Conde Lucanor); «bolarmenico simiente de cidra: de cada vno vna onça y media: & diptami vna onça: linaloe vna drama: simiente de albahaca dos dramas: açafran y almizque fino: de cada vno vn escrupulo: açucar rosado vna libra axarope fecho de vinagre: de cidra lo que cumpliere» (receta de Sevillana medicina de Juan de Aviñón)

curar (preocuparse): «non curava este santo de demandar quién es, nin por qué faze Dios esto; paresçe que ya le conosçía.» (Corbacho)

defender (prohibir, aunque también defender): «la muger le dixo que el Bien que gelo defendiera» (Conde Lucanor); «deffenderle de las aves» (General Estoria)

encaecer de (parir): «encaeció de un fijo» (Conde Lucanor)

exir (salir): Otrossi qui en casa aiena estudiere e por mandado del sennor de la casa non quisiere exir d’ella, peche assi commo de casa quebrantada (Fuero de Plasencia). Para recordar: ex+ire, inglés exit.

fincar (quedar/se): «matáronse todos que non fincó ý ninguno; e así se mataron unos con otros por una gota de miel.» (Sendebar)

guarir / guarecer (curarse, librarse de un problema, o bien proteger): «le guariran de muert y le dieran vida», «[vio] el Mal que no podría guarecer sinon por la vondat del Bien»

lazrar (sufrir): [también lazrado, lazradamente…]: «E a lo que me enbiastes dezir que manda vuestro fuero que por las culpas del marido que lazdrava la muger, e por las culpas del fijo que lazdraua el padre, e por las culpas del malfechor que lazdrava * el sobreleuador, a esto digo que non es derecho & tengo por bien que se libre por derecho & non por ese fuero.» (Fuero de Úbeda)

lidiar (luchar): «& a la mannana amanescieron con los de Egypto feriendo en ellos & lidiaron. & fue la lid muy grand & muy ferida. & uencieron los de Nabuchodonosor» (General Estoria)

mesurar (tener en cuenta, considerar, contemplar): «quando mesuró a sí e al búho e a la cabra cómo ellos todos tres le guariran de muert yl dieran vida» (General Estoria)

nozir (dañar): «Tierra es Creta muy abondada de ganados de cabras. Meguada es de cuervos ca se non crían ý. Non engendra nin cría lobos nin raposos nin otras animalias salvages ningunas que estrañas sean. Non se faze ý serpient nin culebra nin cosa que poder aya de nozir, e si la ý fallan diz la su estoria que luego se muere» (General Estoria)

pechar (pagar impuestos o un castigo o pena): «et ela parte que contra ello venier que peche a la otra parte çient morabetinos de la buena moneda» (Carta de permuta, 1299), v. sustantivo pecho.

pagarse de (estimar, tener gusto por algo) / despagarse de (disgustar): «todos dirían que lo fazíades con mengua de coraçon et vos despagávades de bevir entre los buenos» (Conde Lucanor)

punir (castigar): «si algun vecino ó morador de los sobredichos matara á otro que non sea vecino ó morador en Tudela, que non muera por razon del dicho paramiento, mas que sea punido segunt sus feitos por el fuero, uso e costumbre de Tudela» (Fuero de Tudela)

toller (quitar): «tolliól al búho e a la cabra» (General Estoria).

Algunos de estos verbos se pueden recordar por su raíz latina más o menos conocida; por ejemplo, asmar tiene el origen de AESTIMARE, ahora estimar. También es el caso de catar, que viene de CAPTARE, de donde nació el cultismo captar, y al fin y al cabo, mirar es capturar, coger, apropiarse algo por medio de la vista. Del mismo modo tienen relación con cultismos actuales nozir ‘dañar’, del que tenemos nocivo ‘dañino’, y punir ‘castigar’, con punible ‘digno de castigo’ o punitivo ‘relativo al castigo’. Sobre exir y el sustantivo exida, recordemos la forma de origen latino que se conserva en inglés, exit (‘salida’, y no ‘éxito’, como diría algún osado alumno español). Aunque sea más difícil de averiguar, pechar es una forma patrimonial que viene de la raíz PACTARE y PACTUM, del que tenemos pacto. ¿Y lidiar? Su origen es LITIGARE, que seguro que todos conocemos por el cultismo litigar y litigio, pero que también dio lugar a este verbo que hoy ha quedado para la terminología taurina. Y en sentido figurado, se usa también para expresar un trato complicado que requiere habilidad y paciencia (“Me toca hoy lidiar con el pesado de mi cuñado”).

Sustantivos

Caloña (pena, multa / calumnia): que pague al señor de la tal heredad el daño o caloña qual el señor de la tal heredad mas quisiera (Libro de acuerdos del concejo madrileño)

duelo (dolor, lástima): «e vio aquel niñuelo e paró mientes cómo era fermosiello, e ovo duelo d’éll e tolliol al búho e a la cabra» (General Estoria)

dueña (señora, mujer): «En este monesterio estovo la dueña del día que llegó a aquella cibdad fasta nueve años muy honrada & muy amada & muy visitada de toda la buena gente de la tierra» . (Libro del cavallero Cifar)

exida (salida): «assí vendo e dó e otorgo esta heredat ja decha a vós, don Joán de Bío […] con todos sos derechos que la heredat ja decha pertenecen e a pertenecer deven, a monte e a valle, donda e brava, dientro e fora, montes, fontes, pascos, exidas e entradas» (carta de venta, CODEA-0595)

guisa (manera): «de guisa que non queda de dia ni de noche de traer ante mi la tu semejança» (Estoria de España); «Vos domini sancti quorum hic presencia fulget […], e quieren dezir desta guisa en el lenguage de Castiella: Vos sanctos de nuestro sennor que sodes onrrados en este logar» (Estoria de España)

mester (oficio / necesidad): «Aurifices o ferreros o caleros, o de qual mester qualquier, que labraren en termino de Caceres sine mandato de Concilii, pectet X morabetinos» (Fuero de Cáceres); «algunos de vos en vuestros logares les embargades que non compren viandas nin ganados nin otras cosas que an mester pora comer» (documento de Alfonso X)

mientes (parar mientes, meter mientes > ‘pensar’, ‘tener en cuenta’): «deve el obispo dezir esta oración, en que ruega a Dios, que es muy alto Padre, que pare mientes al ruego que él le ffaze. (Setenario), «e desta manera guisó su sepultura en su vida, e porque non  parava mientes en el estado del regno poco nin mucho» (General Estoria)

natura (naturaleza, el estado natural, el modo en que algo es por naturaleza): «son los íncubos espíritus de natura atal que quando quieren ques muestran a los omnes e quando quieren se asconden» (General Estoria)

pecho (impuesto): «ni otros qualesquier pechos ni derechos reales ni conçejales ni martiniegas ni yantar ni portadgos» (carta de privilegio, 1477)

péñola (pluma): «ca commo quier que las vuestras péñolas son prietas (‘negras’), tan prieta et tan luzia (‘brillante’) es aquella pretura, que torna en nidia (‘brillante’, <NITIDUS) commo péñolas de pavón (‘pavo real’), que es la más fremosa ave del mundo» (Conde Lucanor)

poridad (secreto): «ca atal es la confessión commo seello de poridat que aguarda lo que es escripto en la carta de dentro por que ninguno non lo pueda saber» (Setenario).

pozoña (veneno): «E aun dezimos que si alguno comprare yervas o poçoña para matar a su padre e desque las oviere compradas se trabajase de gelas dar, maguer no gelas pueda dar ni complir su voluntad ni se le aguise, mandamos que muera por ello tan bien como gelas oviese dado, pues que no fincó por él» (Siete Partidas)

razón (narración, lo que se dice): «Cuanto oyó todas estas razones»; «Señora, oíd primero la mi razón: / yo só más perezosso que este mi compañón» (Libro de buen amor); «las razones quet envio dezir yo en esta carta» (Estoria de España)

recabdo (solución, buena idea): «Después dixo el Mal al Bien que sería buen recabdo que oviessen una muger que los serviesse»; «el Rey dixome estonces que me conortasse & non fuesse triste ca el darie recabdo a todo a todo» (General Estoria)

semejança (imagen): «de guisa que non queda de día ni de noche de traer ante mí la tu semejança» (Estoria de España)

tiesta (cabeza): «El león fue doliente: dolíale la tiesta; / quando fue sano d’ella, que la traía enfiesta, / todas las animalias, un domingo en la siesta, / vinieron ant’él todas a fazer buena fiesta» (Libro de buen amor)

vegada (vez): «Aun dixo Abraham a Nuestro Señor: –Pues que comencé ya una vegada a fablar contigo aun te rogaré más, maguer que só tal como polvo e ceniza ante ti.» (General Estoria)

Destacamos algunas voces. Dueña significa mujer o más bien señora. Proviene del latín DOMINA, ‘señora’. No se trata, por tanto, de la propietaria de algo. Con el tiempo, dueña se empieza a ver como una mujer de avanzada edad, viudas, que estaba al servico de casas principales. Muy frecuente también es guisa ‘manera’ (y su verbo guisar, ‘preparar, disponer’). La expresión de esta guisa tiene su origen en este sustantivo, ‘de esta manera’. Y de tiesta no diremos más que es una formación metafórica que proviene del mismo étimo latino TESTA y TESTUM, de donde tenemos nuestro tiesto para las plantas.

Además de estos verbos y sustantivos, tenemos que apuntar también adjetivos, conectores, pronombres y adverbios que se usan a menudo en el castellano medieval. Son los siguientes:

Adjetivos

gafo / malato (leproso): «En que logar deue morar si ningun tornare gafo. Si infançon o uillano tornare gafo en glesia o en abrigo dela uilla non deue ser con los otros uezinos. mas deue yr alas otras gapherias. & si dixiere el gapho en mi heredat puedo biuir. & no yre a otras tierras. salga dela uilla fagan le casa fuera delas eras dela uilla en logar que los uezinos uean por bien» (Fuero general de Navarra)

horro (libre): «Quiere Dios que reces y le ruegues y des gracias, mas después que estés libre, horra, desembargada y quita de las ocupaciones y negocios de tu marido.» (Juan Justiniano, Instrucción de la mujer cristiana de J. L. Vives)

laido (feo, repugnante): «Fedus, que es por ‘laydo’ o por ‘feo’, se escrive por E sola» (Etimologías romanceadas de san Isidoro)

luengo (largo): «Mas por dexar luenga razón. & venir ciertamientre por pocas palabras a lo que es verdad […]» (General Estoria)

maslo (macho, masculino): «Éste es el libro de las generaciones de Adam en el día que Dios crió ell omne yl fizo a la imagen e a la semejança de Dios, e los crio maslo e fembra, e los bendixo» (General Estoria)

raez / rafez (malo, vil, bajo, común): «La palabra de Dios escondida tiene la claridad de la sabiduria e de la verdad e puesto tal thesoro en muy rahezes vasos de palabras. E por ende los libros santos son escritos con sinples palabras por que los onbres sean traydos a la fee con mostramjento del espiritu e no por sabiduria de palabras» (traducción del Soberano bien de san Isidoro)

sandio (tonto): «E qualquier que yo sea o sandio o sesudo si uos vedes que yo fago follia devedesmela encobrir ansi como mj sobrino y mj basallo» (Traducción de Lanzarote del Lago)

vellido (hermoso): «Si esta moça fuese de carrera tollida, / con estos sus adobos que la fazen vellida / casaría mi fija, la que houe parida» (Libro de Apolonio)

Además de todas las voces de origen patrimonial, hay que recordar que en el castellano medieval había una gran cantidad de arabismos. Algunas acaban de ser citadas, como gafo, horro y raez pero había muchas más, después en desuso, como explicábamos en una entrada anterior.

Otros elementos:

Conectores y adverbios como estos son fundamentales para entender los textos medievales:

a furto (a escondidas): «Que pena establesçio el Rey contra aquellos que casan con algunas mugeres afurto sin sabiduria de los parientes della» (Siete Partidas) (v. «a hurtadillas»)

aína (rápidamente): «E ésta [la penitencia privada] se deve fazer comunalmente, tan bien omnes commo mugeres, lo más aína que podieren, segunt su estado o el hordenamiento de su vida» (Setenario)

ál (otra cosa): «de aquí se levantó [‘se originó’] el saber de labrar [‘trabajar’] de tierra, como ollas e cántaros e lo ál que se ende faze» (General Estoria)

ca (puesto que, ya que): «Et ssin esto que [el agua] era en ssí clara e muy ffermosa de veer; ca non era buelta nin turbia commo la tierra.» (Setenario)

cras (mañana): «Son gualladores e del mundo burladores: oy aquí, cras allý; sy Marina non me plaze, Catalina pues sí faze.» (Corbacho)

desí (luego, después): «Et estovo ella que se non enpreñó un tienpo; desí enpreñóse, et fue su marido muy gozoso». (Calila e Dimna)

ende (allí, de allí): «E se non quieren ende partir sinon desque es acabada la sepoltura & todas sus onrras» (General Estoria)

fascas (casi, como si, o sea): » «Gregorio papa el noveno entrado la carrera de toda la carne estonces» fascas que morió, ca la carrera de toda la carne esta es, que toda alma que en carne biva, por fuerça de la natura quel passó nuestro sennor dios á de yr a la muerte, & por ende dize ‘Gregorio el noueno entrada la carrera de toda carne’, de muerte, fascas que era muerto» (Estoria de España); «muy pocos o fascas ningunos fueron dannados d’aquellos cardos o abrojos» (Estoria de España)

maguer(a) (aunque): «Per arias quando esto oyó maguer que era mal ferido de muerte alimpiosse de la sangre la cara & los ojos con la manga de la loriga. & enderençosse en su siella» (Estoria de España). La pronunciación era /ma’ger/, no /ma’guer/.

pero (sino, sin embargo): «Adam con sus manos e con fustes arrancava las yervas e movié la tierra, mas a grand lazerio de sí. E peró labrávala lo mejor que él podié»; «Ca maguer que en el comienço de los omnes casavan los hermanos con las hermanas, peró non tomavan en un tiempo e en uno más de una» (los dos ejemplos citados son de la General Estoria)

lueñe (lejos): «¿E qual auentura vos traxo de tan estraña tierra e de tan lueñe?» (La demanda del Santo Grial)

suso (arriba): «quando uio que el ordenamiento del fado daquello que ordenado era de suso que se non podie mudar» (General Estoria)

ý (ahí): «Esto es por Fuero de Castiella que sy alguno labrar casa alguna nueua, assý commo casa o molino, et plantan ý huerta o vinna […]» (Libro de los fueros de Castilla)

yuso (abajo): «¿Quién sabe si el espíritu de los fijos de Adam va suso, e el espíritu de las bestias decienda yuso? » (General Estoria); «fincaron quatro dias en val de Jermac, que es yuso del castiello de Belffort. (Gran conquista de Ultramar)

 

A la hora de hacer el comentario, será muy útil conocer estas palabras, que nos darán la clave para la comprensión del texto y, por lo tanto, serán de gran ayuda para nuestra tarea en todos los niveles del texto, más allá del léxico.

Belén Almeida Cabrejas y Delfina Vázquez Balonga

 

 

 

 

 

 

Curso de comentario filológico en Alcalá

Los autores de este blog y otros compañeros del grupo de investigación GITHE hemos organizado para las próximas dos semanas el II Curso de comentario filológico de textos. Será los días 5, 7, 8, 12, 14, 15 y 19 de febrero, de 16 a 19 horas.

Hay aún algunas plazas libres, por lo que si estás por Alcalá o cercanías esos días y te apetece hacerlo puedes apuntarte (hasta «fin de existencias»). Todos los datos están en la página web del grupo, concretamente aquí.

El II Curso se celebró en 2018. Para el V Curso de Comentario Filológico de Textos (enero-febrero 2021), ir a este post.

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