En el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid (ARCM), en sus fondos de la extinta Diputación Provincial de Madrid, en concreto, en las instituciones benéficas, se ha conservado la documentación de la testamentaría de la condesa de Lemos, también llamada marquesa de Aitona, fondo del que ya hemos hablado anteriormente en este blog. Debido a la numerosa correspondencia de la aristócrata, se encuentran cartas procedentes de diferentes puntos de la geografía española, como esta carta escrita por una religiosa de Ferreira (Lugo) en el corpus CODEA (2121). También hay papeles sueltos de recetas y anotaciones muy variadas; por ejemplo, esta receta de una “muñequilla para los ojos” tratada en este post.
Con todo, el documento que vamos a comentar parece dirigido a un empleado – seguramente, secretario o persona de total confianza – de la condesa. Está escrita en Zaragoza el 2 de agosto de 1774 y el autor de la carta, que firma con el nombre de “Pepe”, se dirige al interlocutor como “Mi amado tío” (CODEA 2108) y, al finalizar, se denomina “su sobrino que más le estima”, por lo que su vínculo familiar queda claro. Debido a que en la carta Pepe comenta que le hubiera querido mandar un queso por el día de San Joaquín, es posible que el destinatario fuera Pedro Joaquín Borruel, mencionado en otros papeles de la citada testamentaría[1].
Con un marcado tono coloquial, Pepe explica novedades de su tierra sin perder detalle. Primero, como era habitual, menciona un asunto de salud, un problema en los ojos. Después pasa a temas más prosaicos, como la fuga de una novicia con un sacristán hasta Ayerbe (Huesca) y las posibles consecuencias. También menciona el mal ambiente en Zaragoza entre los oficiales y cadetes del regimiento de Aragón y los “paisanos”, los vecinos de la ciudad (“haze algunas noches que hay cuchilladas y tiros por las calles”). No olvida un asunto legal que está llevando a un vecino de un pueblo de Huesca, que le ha regalado, en agradecimiento, un par de quesos. Finaliza recordando a su tío que tiene casas en Zaragoza y le habla del viaje de unos conocidos llamados “los Vius”.
Como se ha dicho anteriormente, es notable el discurso informal presente en toda la misiva, no incompatible con un evidente dominio de la escritura en el autor. Nos llaman la atención dos elementos en este fragmento: “Le he dado buenas esperanzas, expendiéndole mucha doctrina y erudición, de suerte que se le caía la baba al paleto”. En Autoridades 1726 ya está registrada la expresión caerse la baba para describir un estado de asombro y admiración. En Covarrubias (1611) se recoge una variante, correr la baba, con el mismo sentido: “Cuando alguno está con atención, admiración o contento de alguna cosa que ve y oye, dezimos que le corre la baba”.
En cuanto a paleto, tardó en ser más reconocido por la lexicografía, de manera que tiene su primera aparición en Autoridades (1737): “Por alusión llaman al hombre rústico, zafio y de las Aldéas”. Otro adjetivo que puede resultar más propio de la lengua oral es majo: “vestida de estudiante muy majo”. En los diccionarios de la época, majo es considerado un sustantivo, como un tipo de hombre “que afecta guapeza y valentía en las acciones, ó palabras” (Autoridades 1734), de acuerdo con el modelo de los majos madrileños. Como adjetivo debía estar presente, ya que en Ramón de la Cruz podemos leer “pasa Gorito muy majo” (Las castañeras picadas, 1787). Otras elecciones léxicas de tipo coloquial es chupar como ‘quitar el dinero o los bienes’ (“pero tengo confianza de chuparle algo si gano el pleito”) y sacudir como ‘pegar, golpear’ (“y a Castelar le han sacudido bien”). Por último, hay que destacar algunos recursos expresivos, como hipérbole, que se encuentra en la oración “no me ha dexado vivir en dos días”.
En un texto de impronta familiar es comprensible que se transparenten algunos localismos de la variedad del emisor. Lo vemos en la referencia al coso, la calle principal de Zaragoza, llamada así hasta nuestros días: “lo cierto es que haze tres o cuatro días que no aparece por el coso”. Más exclusivo de la variedad aragonesa es fenal, recogido en el DLE como propio de Huesca con el significado de ‘prado’, aunque su origen se encuentra en foenum ‘heno’ (véase el castellano henar). El autor emplea la palabra debido a un pleito que se produce en la localidad oscense de Cájol[2]: “La participo a v.m. cómo se han traído a mi estudio un vezino del lugar de Cájol un pleito sobre un fenal, para que yo lo dirija”.
No obstante, hay que destacar que el autor, pese a ser seguramente aragonés, muestra un sistema leísta en persona singular masculino, impropio de su variedad y sí de la norma madrileña: “Su sobrino que más le estima [al destinatario]”; “y a Castelar le han sacudido bien”. De acuerdo con este sistema pronominal, también se detecta laísmo: “para que sus monjas no la den mala vida [a la muchacha]”. No es extraño, ya que, incluso en personas cuyo sistema era etimológico, se podría dar una variante con la aceptación en los casos de referente animado (Sánchez-Prieto Borja y Vázquez Balonga 2018: 209).
Queda claro que, con una simple carta, tenemos mucho para comentar sobre la procedencia, la formación y las intenciones comunicativas del emisor. Si alguien le hubiera dicho a Pepe cómo acabaría su misiva, no se lo habría podido creer.
Delfina Vázquez.
Cómo citar esta entrada:
Vázquez Balonga, D. (2020): “Amado tío”, TextoR. Blog del Grupo de Investigación Textos para la Historia del Español (GITHE). Recuperado de: [https://textorblog.wordpress.com/2020/07/06/mi-amado-tio/].
Imagen: Delfina Vázquez.
Para saber más:
Autoridades = Real Academia Española de la Lengua (1726-1739): Diccionario de Autoridades. Disponible en el Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española. https://www.rae.es/recursos/diccionarios/diccionarios-anteriores-1726-1992/nuevo-tesoro-lexicografico
Covarrubias = Covarrubias, Alonso de (1611), Tesoro de la lengua castellana o española. Madrid: Visor.
DLE = Diccionario de la Lengua española. Disponible en https://dle.rae.es/
Sánchez-Prieto Borja, Pedro y Vázquez Balonga, Delfina (2018): «Toledo frente a Madrid en la conformación del español moderno: el sistema pronominal átono», en RFE, XCVIII, 1, enero-junio, pp. 185-215.
[1] En un documento inédito escrito por Alejandro García Arias, escribe “A mi amo y señor don Pedro Juaquin Boruel”. Todo apunta que es la misma persona que aparece como destinataria en una carta conservada en el Fondo Documental de las Cortes de Aragón en 1773 aquí (http://www.omnia.ie/index.php?navigation_function=2&navigation_item=%2F2022705%2Flod_oai_fondohistorico_cortesaragon_es_742_ent1&repid=1). El apellido Borruel, por otra parte, está generalizado en esta región.
[2] Hoy en día, Cájol, en la comarca del Sobrarbe, está despoblado, tras la pérdida total de habitantes en la década de 1960 (http://www.despobladosenhuesca.com/2011/10/cajol.html)