Con el desarrollo de la Ilustración en España, uno de los mayores hitos fue la creación de las Sociedades de Amigos del País, formadas por personas con inquietudes hacia el pensamiento más innovador, tanto en el aspecto meramente intelectual como social. En el ámbito de la Sociedad de Madrid surgió un grupo independiente formado por las primeras mujeres admitidas, María Isidra de Guzmán y María Josefa Alfonso-Pimentel, esta última más conocida por sus títulos de condesa de Benavente y duquesa de Osuna. Este fue el origen de la Junta de Damas de Honor y Mérito, fundada oficialmente en 1787 y activa a día de hoy. Su importantísima actividad benéfica, sobre todo en el ámbito de la enseñanza y la atención a la infancia a través de la Inclusa, daría para muchas entradas en este blog. En esta nos limitaremos a hablar de una pieza conservada en sus fondos archivísticos, con la letra de una de las aristócratas que participaron en el funcionamiento de esta Junta.
En el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, en los fondos de esta institución, encontramos una nota entre las cartas y escrituras relativas a las niñas expósitas que, tras ser criadas con sus nodrizas bajo la gestión de la Inclusa, eran enviadas al Colegio de la Paz, también tutelado por la Junta de Damas. Aunque muchas de las solicitudes están emitidas por sus amas de cría – a menudo, junto a su marido -, con el fin de mantener a las niñas a su lado, aquí encontramos una petición de retorno de una inclusera y, además, la emisora no es una mujer de clase humilde, sino una de las damas. Así escribe a la duquesa de Alagón (hacemos uso de la presentación crítica de los criterios CHARTA):
Madrid, 6 de diciembre de 1816.
Excelentísima señora.
Muy señora mía:
Teniendo desde el año de 1799 una niña en mi casa de la Inclusa, llamada María de la Consepción Gómez, y no serme posible sea por más tiempo, he de de deber a V.E. me diga cuándo y a qué hora he de entregarla, pues es preciso como conocerá se haga esto con la formalidad que corresponde.
Queda su segura servido<ra> que besa sus manos.
La condesa viuda de Superunda.
Excelentísima Señora Duquesa de Alagón.
La nota tuvo una respuesta inmediata, ya que una mano que no firma la anotación indica que en el mismo día 6 de diciembre la solicitud fue «Admitida en la casa en este día y mandado entregar la chica a don Ramón Castilla». ¿Por qué quería la condesa que la joven María de la Concepción se marchase de su casa? Desde luego, ya no era una niña, pues, si llegó recién nacida a su casa en 1799, ya tenía 18 años de edad. Nunca sabremos la respuesta, aunque quizá se debió a un cambio de residencia de la condesa, el matrimonio de la muchacha o cualquier causa de fuerza mayor.
Por el estatus social de la condesa y su letra, tenemos razones para considerar que no solo fue emisora de la carta, sino también amanuense y firmante. Sobre esto último, podemos ver la semejanza entre la letra de su solicitud y la firma que se ve al final:
Al contrario que en la escritura de semicultos de la época, la escriptora tiene un alto dominio de las abreviaturas habituales en la correspondencia de su tiempo, como «Sra» (Señora), «Md» (Madrid), «V.E.» (Vuestra Excelencia), «ps» (pues) y, por supuesto, «B. S. M.» (Besa sus manos). Tenemos que destacar, no obstante, una omisión no justificada por abreviatura, servido, cuando solo es posible servidora. ¿Quizá un lapsus resultado de las prisas?
Otro aspecto llamativo es que el nombre de la muchacha, Concepción, sea escrito como Consepcion, en una posible indistinción entre /s/ y /Ɵ/. En el resto de la carta, la amanuense no muestra esta confusión gráfico-fonética (Gomez, preciso, conocera). Este tipo de indistinción, aunque es asociada a otras áreas geográficas de España, se ha documentado en escritos de personas semicultas precisamente entre los siglos XVI y XVIII (Sánchez-Prieto Borja y Vázquez Balonga, 2015). Sin embargo, aquí no podemos asegurar que no hubiera otros motivos al ser solamente en un caso. Por otro lado, no sabemos con certeza la procedencia de la condesa de Superunda como para atribuirle un posible seseo o ceceo.
Esto nos lleva a otra pregunta. ¿Quién fue la escriptora de esta breve carta? Por lo que se sabe de la documentación de la Junta, la condesa de Superunda fue una de sus socias y se llamaba Dolores Chaves Contreras, esposa de Joaquín Manso de Velasco, conde de Superunda y marqués de Bermudo (Bezos del Amo, 2013: 86), aunque de acuerdo con otras fuentes como Salazar Acha (2012), su nombre de pila era José María. Según el portal Geneanet, María Dolores Chaves-Girón (aquí, con el apellido levemente modificado), contrajo matrimonio con Joaquín (José María) Manso de Velasco en 1779, quedó viuda en 1796 y falleció en 1826. No sabemos su fecha de nacimiento, aunque sí que la de su marido era 1760. Por cierto, según la documentación aportada por Salazar Acha, las fechas son algo distintas y se data el fallecimiento del conde en 1794. Si echamos un vistazo a la hemeroteca, en el Diario de Avisos de Madrid, la condesa viuda de Superunda vivía en 1812 en la villa y corte, en la calle León, esquina de la del Prado, en pleno barrio de las Letras.
El matrimonio tuvo dos hijos, uno de ellos, José María, el siguiente conde de Superunda, y Bernarda, que fue marquesa consorte de la Lapilla y Monasterio, además de pintora de miniaturas. Sobre ella tenemos una interesante información en este enlace. Hay que indicar que en el Portal de Archivos Españoles se conserva documentación sobre esta familia nobiliaria, en el fondo de Toreno y Estado, pero aparece una María Dolores Chaves Contreras que no es nuestra condesa de Superunda, sino su nuera, esposa de José María Manso de Velasco y dama de la Reina María Luisa.
Encontramos aquí, por lo tanto, una dificultad frecuente a la hora de indagar sobre la mano femenina en cartas procedentes de la nobleza. Si bien tenemos una información que sin duda sería impensable en otras amanuenses, esta es confusa y a menudo no sabemos de dónde procedían, algo que dificulta el análisis desde un punto de vista diatópico. Muchos nobles, pese a poseer títulos vinculados a regiones alejadas de Madrid, pasaban toda o gran parte de su vida en la corte. También, en algunos casos, por su casamiento y otros deberes se debían trasladar a diferentes lugares que les podrían afectar en su manera de hablar y escribir. Por ello, el corpus LETRADAS , que ahora mismo empieza su andadura, tiene como uno de sus objetivos no solo estudiar la escritura de las mujeres, sino también hacer un pequeño índice onomástico y biográfico para que podamos entender su uso de la lengua desde una visión más amplia y detallada.
Delfina Vázquez Balonga
Imagen de la autora.
Para saber más:
Bezos del Amo, Nuria (2013): La Junta de Damas de Honor y Mérito y su índice de autoridades. Trabajo Fin de Máster. Universidad Complutense de Madrid.
Hemeroteca Digital Hispánica. Disponible en https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/advanced
Salazar Acha, Jaime de (2012): Los Grandes de España (siglos XV-XVI). Ediciones Hidalguía.
Vázquez Balonga, Delfina y Pedro Sánchez-Prieto Borja (2015): «¿Seseo en el centro peninsular? Revista de Historia de la Lengua Española, 10, pp. 201-207.