La voz aguinaldo, del antiguo aguilando, no tiene un origen totalmente claro. En la actualidad, es una palabra que se asocia a las fiestas navideñas, con varios significados, como ‘canción de Navidad’ y ‘regalo que se da en Navidad’, aunque este es el más frecuente y, más en concreto, en forma de dinero.
“Aguinaldo” aparece ya en el Vocabulario español-latino de Nebrija (1495), donde se traduce como “strenae. arum”. “Strena”, además de un signo, anuncio u omen (dentro de la creencia de los romanos de que diferentes elementos anunciaban acontecimientos futuros), es un presente que se daba a comienzos de año, relacionado con los buenos deseos que se forman en ese momento para el año que se inicia. En 1516, el Vocabulario de romance en latín de Nebrija, además de traducirlo como strenae, lo iguala con “albricias”, el regalo que se hacía a un portador de buenas noticias. El Tesoro de Covarrubias (1611), que no recoge la voz aguinaldo, traduce albricias con strenae, “lo que se da al que nos trae algunas buenas nueuas”.
En el Diccionario de Autoridades (1726), se define aguinaldo como “El presente, o regalo que se pide, o se da en atencion a la festividad del Nacimiento de Christo Señor nuestro, y en la de la Epiphanía: que unas veces es de cosas comestibles, y otras de dinero o alhajas”. El Diccionario de Terreros (1786) menciona que este regalo se hace “el primer día del año, o el de Reyes”.
En los textos, el aguinaldo aparece como un regalo en dinero o especie dado no tanto en la familia, sino más bien a subordinados o empleados, o a grupos niños que lo pedían, con ocasión de las fiestas de navidad y fin de año.
Esta costumbre se puede ver reflejada en los documentos de archivo de diferentes épocas. En el siglo XIX, con la extensión del acceso a la escritura, se ven ejemplos de peticiones de estos obsequios por parte de trabajadores. Por ejemplo el documento 590 del corpus de documentos madrileños ALDICAM es una carta que escribió Bernardo Sánchez, uno de los mozos de sillas de la Hermandad del Refugio[1], en 1831. Este era uno de los empleos más característicos de la institución, ya que se ocupaban de hacer un demandado servicio de traslado para enfermos con unas sillas habilitadas para ello. En esta misiva, el empleado solicitaba, en nombre de sus compañeros, una suma que solían recibir o, como dice él mismo, “librarles la limosna acostumbrada que VVSS tienen destinada todos los años en semejantes Pascuas”. Como se puede ver, el aguinaldo es denominado “limosna”, un término que se suele asociar a la necesidad económica. El diccionario académico de 1822 indica que es “Lo que se da por amor de Dios para socorrer alguna necesidad” y, desde luego, aquellos que solicitaban ese dinero tenían apuros o al menos estaban en peor situación económica que los que lo entregaban.
Debido a que la carta fue escrita a finales de año, momento en que se daba el aguinaldo, Bernardo Sánchez desea felices fiestas: “dándoles las Pascuas y felices entradas y salidas de año”. Obsérvese que la expresión “entrada y salida” – y no al revés, como sería más lógico– sigue siendo muy habitual y se encuentra en numerosas felicitaciones navideñas. Por otro lado, había una preferencia por la palabra Pascuas que, según el mencionado diccionario de 1822, se refiere a “tiempo desde la natividad de nuestro señor Jesucristo hasta el dia de Reyes inclusive”. Así se ve en las numerosas felicitaciones que se conservan en los archivos, como ya explicó Belén Almeida en esta entrada del blog.
Hacia finales del siglo XIX y durante el siglo XX, fue usual que personas como serenos o carteros repartiesen en el barrio donde trabajaban tarjetas ilustradas de felicitación cuyo texto impreso, de manera más o menos transparente, solicitaba el aguinaldo: “Por esto con santo anhelo / las fiestas yo os felicito / y si me dais un poquito / de vuestra dicha y ventura / una alegría muy pura / llenará mi alma de amor / y agradecido y contento / queda vuestro servidor, | EL LIMPIABOTAS”.
Pueden consultarse algunas de estas felicitaciones-peticiones de aguinaldo en la Biblioteca Digital Hispánica: de limpiabotas, modistas, faroleros, por ejemplo.
Buenos deseos para el año a cambio de un pequeño presente: este parece ser el trato que subyace a la costumbre del aguinaldo, que por supuesto no se da solamente en España e Hispanoamérica, sino que existe también en otras latitudes, como puede verse en este artículo de Wikipedia sobre los “cantores de la estrella”, que en diferentes regiones centroeuropeas van por las casas cantando y escriben con tiza en las puertas de sus benefactores el año que comienza y las iniciales de los Reyes Magos.
Sin pedir el aguinaldo, el equipo de GITHE desea a todas las personas que leen este blog ¡muy feliz año 2021!
Belén Almeida y Delfina Vázquez Balonga
La imagen se ha tomado de unas felicitaciones de modistas que se pueden consultar en la Biblioteca Digital Hispánica de la BNE (en este enlace).
Cómo citar esta entrada:
Almeida, Belén y Delfina Vázquez Balonga (2021): “Dame el aguinaldo”, TextoR. Blog del Grupo de Investigación Textos para la Historia del Español (GITHE). Recuperado de [link].
Para saber más:
Se ha consultado el corpus ALDICAM (http://aldicam.blogspot.com/), para el que se ha transcrito el documento mencionado.
En el Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española (disponible en http://www.rae.es o directamente en este enlace) se han consultado los varios diccionarios que se mencionan en la entrada.
Además, hemos consultado la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España.
[1] Archivo de la Hermandad del Refugio, leg. 281/002, 0100