En los Siglos de Oro, era proverbial la preferencia de los toledanos por las berenjenas. Pedro de Répide, en un artículo de 1936 titulado «Manjar vernáculo», recordaba cómo Francisco de Rojas Zorrilla se deleita, en su comedia García del Castañar, «hablando del queso, arrope, jamón cocido en vino, de los ánades, de la cabeza de jabalí, de las perdices y de la cecina y de las berenjenas, plato muy de tierra de Toledo». Efectivamente, en esta comedia, doña Blanca anuncia como banquete rústico: «queso, arrope y aceitunas, / y blanco pan les prometo, / que amasamos yo y Teresa, / que pan blanco y limpia mesa / abren las ganas a un muerto: / tambien hay de las tempranas / uvas de un majuelo mío, / y en blanca miel de rocío / verengenas toledanas”.
También Góngora habla de las berenjenas de Toledo en Las firmezas de Isabela: «Regalar querrá a su yerno, / y será a lo toledano, / con berenjena en verano / y con membrillo en invierno», y el autor del León prodigioso comenta que “A las berenjenas damos el primer lugar en la olla solamente en Toledo; para que nadie presuma que ha de tener uno mismo en todo el mundo, que hay gallos que cantan en su muladar, y fuera de él, al primer paso caen en Carnestolendas, y luego los corren”. En el Guzmán de Alfarache encontramos un exquisito bodegón en palabras, que incluye, por supuesto, las berenjenas tan amadas por los toledanos: “Allí estaba la pera bergamota de Aranjuez, la ciruela ginovisca, melón de Granada, cidra sevillana, naranja y toronja de Plasencia, limón de Murcia, pepino de Valencia, tallos de las Islas, berenjena de Toledo, orejones de Aragón.”
Sebastián de Covarrubias define así la berenjena en su Tesoro (1611):
Pero las berenjenas no solo eran manjar predilecto de los toledanos. También era fama que encantaban a los judíos, que las disfrutaban en numerosos platos. Ya en el siglo XV un texto humorístico (que presenta como profecías verdades de Perogrullo) anuncia que “A la postre verán tanto de confeso [judío converso al cristianismo] que cobrirá el suelo como langosta; tanto de garvanço, culantro, verengena”. Es decir, era una verdad de Perogrullo que los judíos comían garbanzos, cilantro y berenjenas. En unas coplas burlescas, también del siglo XV, que imitan el modo de hablar de los judíos y hablan de la vida tradicional judaica, se dice que
En la boda del aljama
non se comi peliagudo,
ni piscado sin escama
en quanto ‘l marido pudo,
sino mucha verengena,
y açafrán con aceguilla;
y quien “Jesú» diga en la cena
que no coma albondiguilla.
La Lozana andaluza narra, con un tono picaresco y bastante crudeza, las andanzas de una prostituta española en Italia. Se discute entre los especialistas si el listado de platos que la protagonista sabe preparar es más bien típico de una morisca o de una judía conversa. Pero su preferencia por la berenjena (así como el hecho de que se la llame confesa, un término usado para judíos conversos), hacen pensar más bien en un origen judaico:
Sabía hacer hojuelas, prestiños, rosquillas de alfajor, tostones de cañamones y de ajonjolí, nuégados, sopaipas, hojaldres, hormigos torcidos con aceite, talvinas, zahinas y nabos sin tocino y con comino, col murciana con alcaravea, y holla reposada no la comía tal ninguna barba. Pues boronía ¿no sabía hacer?: ¡por maravilla! Y cazuela de berenjenas mojíes en perfición, cazuela con su ajico y cominico, y saborcico de vinagre, ésta hacía yo sin que me la vezasen.
¿Qué era esta cazuela de berenjenas mojíes? Para hacerla, Ruperto de Nola recomienda
Tomar las berenjenas no muy grandes ni muy pequeñas, sino medianas; y abrirlas por medio y echarlas a cocer con su sal, y desque estén bien cocidas escurrirlas con un paño que sea basto; y después picarlas mucho, y echarlas en una sartén o cazo y échale buena cosa de aceite; y tomar pan y rallarlo y tostado, echárselo allí dentro y echarle queso añejo rallado y desque esté buen rato traído sobre la lumbre, tener molido culantro seco, alcaravea y pimienta y clavos; y un poquito de gingibre, y traerlo sobre la lumbre y échale allí unos huevos; y traerlo sobre la lumbre hasta que esté duro y después tomar una cazuela, y echarle un poquito de aceite; y asentarlo en ella, y batir unos huevos con pimienta y azafrán y clavos, y del mismo pan tostado que lleva dentro la cazuela y de queso rallado; y hacerlo espeso y asentarlo encima a manera de haz y ponerle sus yemas, y cuajarlo en el horno ó con una cuajadera, que es cobertera de hierro con brasas encima; y desque esté cuajada, quitarla de la lumbre y echarle un escudilla de miel que sea muy buena por encima
¿Será la cazuela mojí el origen de la “cazuela mojina -un cuajo de pan y de almendra, dulce al paladar, muy corriente en los hogares de Almuñécar y demás pueblos de la costa” que cita Salvador González en La oración de la Tarde (1929)? (según el Diccionario de la Lengua Española, sí).
Volviendo a los toledanos, no es raro que este gusto compartido con los judíos haya sido notado y usado para “motejarles” de judíos. Una frase insultante que se les decía, al parecer, era “Toledano, ahó berenjena”. Es cierto que también había otras usadas para sugerir que los toledanos eran de origen judío que no hacían referencia a las berenjenas, como “¡Guaya de vos, Toledo!”, que el toledano Sebastián de Horozco reconocía que “se suele dezir para motejar a uno de judío mayormente si es de Toledo”. Esta frase usa “guaya”, una interjección de dolor usada por los judíos de España. Que la alusión maliciosa a las berenjenas era usadas también con la misma intención es evidente. Por eso dice el también toledano Luis Hurtado de Toledo que las berenjenas “a los toledanos dan adverso renombre”.
No dejan, claro, los autores toledanos de discutir este “adverso renombre” y defender que los toledanos, pese a su gusto por las berenjenas, nada tienen de judíos. Luis Hurtado de Toledo explica en su Memorial de algunas cosas notables que tiene la Imperial Ciudad de Toledo (1576) que “muchos de los manjares que oy usan los christianos por subcesion de biuienda en esta ciudad, no fueron todos compuestos de los hebreos”. La cazuela mojí, por ejemplo, dice, la inventó el rey godo Zalmoxis:
Zalmoxis rey de los godos, que fue grandisimo filosofo, y supo que heran ynclinados los moradores de este pueblo al carnal exercicio, por el qual gastauan los tuetanos y humero radical, ayunto yerbas y especias saludables para reparar los tuetanos del hombre, de lo qual hizo una torta o pasta ayuntada con huecos, a la qual le quedo por nombre caçuela moxi del rey Zalmoxi que la ynvento
Sebastián de Horozco explica que ese “mote” o frase de “Toledano, ahó berengena” no es porque los toledanos puedan “ser motejados de confessos [judíos conversos] como los neçios lo entienden”, sino que la razón por la que “se pudo dezir y se dixo este refrán” es que también se llama berenjena los “las ojeras y cardenales en los ojos y cara”, y que los toledanos no se andan con chiquitas al respecto: “el toledano desde niño sabe hazer berengenas a otros en los ojos y hoçicos y él no las come ni las sabe reçebir”.
Parece haber sido una explicación frecuente, pues el ya citado, también toledano, Luis Hurtado de Toledo afirma que “llamarlos verengeneros no lo causa esta fruta”, sino las berenjenas “questos toledanos criauan con los puños en los rostros de sus enemigos, quando no avia tanta copia de armas ofensivas para conbatir desde lejos”, golpes que dejaban la cara “ynchada y cardena o cerulea en su color”, como una berenjena.
Aunque el gusto de los toledanos por las berenjenas era, como hemos visto, proverbial en los Siglos de Oro, no parece que quede rastro de aquella preferencia en los platos de hoy. En un recorrido rápido por páginas sobre gastronomía toledana, se constata que las berenjenas están ausentes de casi todas las listas de platos más conocidos, encabezados por la perdiz escabechada. Solo en alguna página se hace referencia a las berenjenas de Almagro. Sic transit gloria melongenae!
Espero no haberme metido en ningún berenjenal.
Belén Almeida
Fotografía: Belén Almeida (otras solanáceas).
Para saber más:
Belén Almeida, “Elementos cotidianos posiblemente usados para caracterizar a presuntos judaizantes en textos literarios y no literarios de los siglos XV y XVI”. Disponible en academia.edu o en http://www.textoshispanicos.es
http://www.cervantesvirtual.com/obra/del-rey-abajo-ninguno-y-labrador-mas-honrado-garcia-del-castanar/
Hilary Pomeroy, “Yantar e identidad religiosa”, en La mesa puesta: leyes, costumbres y recetas judías (coord. U. Macías, R. Izquierdo Benito), Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca, 2010.
Real Academia Española, Corpus Diacrónico del Español, en línea en http://www.rae.es
Real Academia Española, Nuevo Tesoro Lexicográfico del Español, en línea en http://www.rae.es
Los platos tradicionales de Toledo, capital gastronómica 2016
http://queverenelmundo.com/que-ver-en-espana/provincia-de-toledo/guia-de-toledo/que-comer-en-toledo/
https://es.wikipedia.org/wiki/Gastronom%C3%ADa_de_la_provincia_de_Toledo
Las 10 comidas más típicas de Toledo
https://blog.pagatelia.com/2015/10/08/toledo-capital-espanola-de-la-gastronomia-2016/
Platos típicos Toledanos